Por Universia:
Cualquier empleo demanda el dominio de unos conocimientos técnicos necesarios para el día a día. Pero de nada sirven si no se complementan con habilidades de gestión, que faciliten la labor de todos los que trabajan en el entorno. ¿Quieres profundizar en las diferencias entre las habilidades blandas y técnicas? ¿Deseas conocer algunos secretos que te ayudarán a perfeccionarlas? Estás en el sitio correcto. ¡Sigue leyendo!
La transición digital está generando nuevas oportunidades de empleo, pero, al tiempo está provocando un desajuste en el mercado laboral. ¿Por qué? Los cambios que lleva aparejados provocan una discordancia entre las capacidades que se demandan y aquellas con las que cuentan los profesionales. Precisamente por este motivo y con el objetivo de que nadie se quede atrás, la Unión Europea ha declarado 2023 como el Año Europeo de las Capacidades.
La formación y adquisición de habilidades técnicas y blandas es un tema estratégico en todo el mundo. La evolución acelerada de la transformación tecnológica demanda profesionales que cuente con las mismas y existen muchas vacantes que se quedan sin cubrir por esta carencia. Te contamos cómo desarrollarlas para multiplicar tu empleabilidad. Vamos a ello.
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¿En qué se diferencias las habilidades técnicas y las soft skills?
La diferencia entre unas y otras se encuentra en su misma definición. Por habilidades técnicas entendemos los conocimientos necesarios para llevar una tarea específica. Por su parte, las habilidades blandas son aquellas que apelan más al componente emocional y a la interacción interpersonal. Están enfocadas en la relación afectiva con las personas del entorno y en el desarrollo de rasgos que estimulen la comunicación. Unas y otras son necesarias en el ámbito profesional.
Partiendo de esta definición, podemos entender que la disparidad entre unas y otras son notables. Las habilidades técnicas se necesitan para realizar algunas tareas específicas y tienen un componente especialmente práctico. Las profesiones STEAM demandan que los trabajadores cuenten con conocimientos vinculados a ellas para poder realizar un trabajo. Por ejemplo, un desarrollador web deberá tener conocimientos técnicos en lenguajes de programación para desempeñar su labor.
Las skills técnicas varían en función de la labor que realiza el profesional. Lo que está claro es que, hoy en día, el mercado laboral necesita a empleados formados o con experiencia en estas para realizar sus trabajos. Algunas de las habilidades técnicas más demandadas hoy en día son las siguientes:
- Análisis de datos.
- Dominio de software.
- Conocimiento de marketing digital.
- Programación.
- Conocimientos de ciberseguridad.
- Gestión de proyectos.
Por su parte, las habilidades blandas resultan transversales y tienen influencia en todos los aspectos de la vida, entre ellos, claro está, el desempeño profesional. Las personas con soft skills suponen la piedra angular del desarrollo de los equipos con los que trabajan, ya que saben relacionarse con el entorno de una forma positiva, estimulando un buen ambiente y el aprendizaje de todos. En este artículo te explicamos más sobre las soft skills y su influencia en el desarrollo profesional. Algunas de las principales habilidades blandas son las siguientes:
- Trabajo en equipo.
- Pensamiento crítico.
- Capacidad de liderazgo.
- Habilidades comunicativas.
- Adaptabilidad.
- Creatividad.
- Innovación.
- Capacidad de resolución eficiente de problemas.
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Cómo desarrollar las habilidades técnicas y habilidades blandas
Como vemos, las diferencias son importantes. Esta misma diversidad provoca que el desarrollo de unas y otras se genere de formas dispar. Veámoslo.
Para desarrollar algunas de estas habilidades técnicas es necesario haber tenido algún tipo de capacitación específica en la misma, ya sea reglada o no. Además, suelen estar sujetas a un perfeccionamiento continuo, por lo que, habitualmente, los profesionales con una trayectoria más dilatada en cada habilidad tienen un grado de conocimiento y ejecución de la misma superior.
Es habitual que su adquisición se produzca durante la carrera universitaria, sobre todo cuando hablamos de profesiones vinculadas a la ingeniería o matemáticas. Pero hoy en día existen otras opciones para desarrollarlas como los másteres o los bootcamps, que facilitan conocimientos técnicos en un breve periodo de tiempo y muy enfocados en ponerlos en práctica en el empleo. Los rápidos cambios tecnológicos generan la necesidad de mantener una actualización constante de las mismas que permita estar al día de las continuas novedades existentes.
Por su parte, dependiendo de cada persona, las soft skills pueden ser innatas. De este modo, existen personas con algunas de ellas muy desarrolladas, pero con carencias muy importantes en otras. No obstante, estas competencias universales también se pueden desarrollar, incluso estableciendo ciertos hábitos en nuestra vida personal.
Para conseguirlo, has de partir de un análisis de ti mismo. ¿En qué habilidades blandas sientes que flaqueas? ¿Te cuesta trabajar en equipo? ¿Tu personalidad provoca que la comunicación no sea tu fuerte lo que repercute en la interacción con tus compañeros de trabajo? Existen formaciones específicas que ayudan a desarrollar estas habilidades de la mano de expertos, pero antes has de saber en qué fallas.
Una vez lo hayas hecho, has de fomentar en ti mismo una mentalidad de aprendizaje. Es importante que seas consciente de cómo estás tratando de mejorar en aquello que te cuesta más. Y existen actividades que son un punto de apoyo excelente. Por ejemplo, practicar un deporte de equipo te ayudará a fomentar la colaboración y el trabajo en equipo. El voluntariado es también un espacio ideal en el que obtener nuevos conocimientos mientras ayudas a quienes lo necesitan fomentando la empatía y pudiendo adquirir nuevos roles que beneficien tu capacidad de liderazgo.
Lo cierto es que todo perfil profesional está compuesto de habilidades blandas y habilidades técnicas y, de una u otra forma, siempre es posible aprender o potenciar las que consideremos más necesarias. Unas y otras son diferentes, pero, lo más importante es que resultan complementarias. No dejes ninguna de lado. Desarrollarlas te hace mucho más atractivo para las empresas.
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