Universia
Una vez recibes la ansiada respuesta –“sí, eres el seleccionado para incorporarte a nuestro equipo”– llega el momento de empezar a trabajar. Nueva oficina, otros compañeros, desafíos y retos por delante, cerrar una etapa profesional para lanzarte a la siguiente aventura… ¿Seré lo suficientemente válido? ¿Caeré bien a los compañeros? ¿Alcanzaré objetivos? Son numerosas las dudas que probablemente te asalten y es importante saber gestionar ciertos aspectos para que la adaptación a tu nuevo trabajo sea todo un éxito.
A continuación, te dejamos cinco consejos para ayudarte en ese paso al frente. Un cambio que, en muchos sentidos, puede resultar abrumador pero que, sabiendo entender, asumir y actuar según situaciones y momentos, te llevará a buen puerto.
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Pexels / fauxels
1. Recuerda siempre los motivos por los que te ficharon
La confianza en uno mismo suele ser el mejor compañero de viaje en prácticamente cualquier etapa de la vida. En el caso de la incorporación a un nuevo empleo se confirma este apunte, por eso te recomendamos tener siempre presente tu valía profesional, la formación que te avala, la experiencia si la tuvieras y esas habilidades que han llevado al equipo de selección a darte el ‘sí, quiero’.
Ten muy presente qué te ha llevado hasta ese momento. Los estudios cursados, las prácticas, las becas, tus habilidades –tanto conocimientos técnicos como los soft skills–, las diferentes pruebas que hayas superado para acceder a esa vacante… Si estás ahí es por algo. Confía en ti y demuestra lo que sabes hacer.
2. Sé activo en el ‘onboarding’
Lo idóneo es que sea la empresa, tu responsable, quien se ocupe de mostrarte las instalaciones, de hacer un recorrido por la oficina y presentarte tanto a tu equipo de trabajo directo como al resto de personas que conforman la plantilla. Sin embargo, si esto no se diera así, sé decidido y ve presentándote a quienes tengas oportunidad. Coméntales que es tu primera jornada, tus primeros días, en qué departamento estás y ve iniciando relaciones que seguro te serán de gran utilidad y enriquecerán tu actividad diaria.
El ‘onboarding’, que es el nombre con el que se conocen las estrategias con las que las compañías reciben nuevos empleados, como una especie de plan de acompañamiento para incorporaciones, es una de las asignaturas pendientes de las empresas en países como España. Dos datos para la reflexión que dicen mucho al respecto: el 75% de los profesionales españoles tiene mal recuerdo de su fase de incorporación a una plantilla y casi el 33% de las personas contratadas en Estados Unidos buscó otro trabajo durante sus seis primeros meses de ese periodo de contratación según Harvard Business Review. Es evidente que los empleadores deberían tomar conciencia de esas emociones y sentimientos que genera la novedad y el reto a cualquier persona que aterriza en una firma. Ellos tienen en sus manos que la adaptación sea más sencilla y rápida.
3. La importancia de asumir que estás en un proceso
Todo conlleva un tiempo, así que no te impacientes, otro gran enemigo a la hora de adaptarte a este nuevo empleo. Déjate aconsejar, abre bien los ojos, observa y escucha a tus compañeros, tus superiores, y ve paso a paso. Es normal que necesites familiarizarte con el espacio físico en sí, con quienes van a acompañarte en esta etapa profesional e incluso con el desempeño en sí. Aunque estés preparad@ para llevar a cabo las tareas que te hayan asignado es lógico que has de ir conociendo detalles y no precipitarte. Respeta tu tiempo, ten paciencia y las cosas irán rodando y cogiendo buen ritmo, siguiendo el camino marcado.
4. Haz los deberes: empápate de la cultura empresarial
En esta etapa de adaptación al nuevo puesto de trabajo cultiva siempre la actitud positiva y se proactivo. Es importante que te profundices en los valores y estrategias de la compañía, conocer mejor la cultura empresarial y de negocio y que formules cuantas preguntas te surjan. Lo mejor es resolver dudas porque en ocasiones ciertos conocimientos erróneos pueden llevarte a cometer algún fallo evitable. Además, ese ir más allá hará que te vayas sintiendo parte del grupo. El llegar a experimentar el sentimiento de pertenencia es otro paso hacia el éxito en este proceso de adaptación.
5. Agenda y rutinas propias
Finalmente te recomendamos tener tu agenda e ir anotando desde que llegues esas tareas y actividades a llevar a cabo, así como los plazos de entrega de encargos y/o reuniones que ya se vayan convocando. Esto te generará seguridad. En paralelo, ve estableciendo tus rutinas en la nueva oficina: la hora del desayuno, el momento para la reunión, si almuerzas allí, hora de salida, etc. Otra fórmula para ir asentándote, siguiendo un ritmo continuo.
Los planes de adaptación, asignatura pendiente de las empresas
Anteriormente hacíamos referencia al ‘onboarding’ y cómo el hecho de que las compañías contemplen estrategias para facilitar la adaptación de los nuevos fichajes va a beneficiar al total del equipo. Por lo general las empresas suelen contemplar un periodo de prueba de tres-seis meses, pues consideran que en ese tiempo ha de ir dándose esa adaptación. Sin embargo, ese plazo depende en gran medida de los recursos y las medidas que ellas toman para facilitar ese proceso.
Como recomendación final, a modo de resumen de lo anterior: confía en tu capacidad, en tus cualidades, y pregunta siempre cuantas dudas se te presenten. Entra dentro de lo normal que se den unas semanas o meses de tránsito pues son muchos cambios los que vas a encontrarte así que date tiempo, ten paciencia contigo mism@ y todo irá encontrando su lugar.
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