Una parte importante del éxito que tengan nuestras respuestas en una entrevista de trabajo provienen de la comunicación no verbal. Esto es, de los elementos del discurso más allá de las palabras, como la entonación, la velocidad al hablar, las pausas, suspiros, las expresiones faciales, incluso la vestimenta o el arreglo personal. Tener un control sobre todos estos aspectos hará que recibamos más atención y nuestra personalidad sea valorada de una forma más positiva por el reclutador.
Según un estudio de referencia realizado por Albert Mehrabian, la comunicación no verbal representa el 93% de la información que damos a los demás. Por eso, en una entrevista, en la que intentamos causar la mejor impresión posible en un tiempo corto, es fundamental examinar nuestro lenguaje corporal.
La mayoría de los candidatos se concentran en preparar lo que van a decir y qué respuestas van a dar, pero, en general, no se fijan demasiado en los elementos que rodean a la comunicación no verbal, en cómo actuar y cómo mejorar para proyectar lo mejor de sí mismos en esos momentos. El entrevistador observa la comunicación no verbal del candidato todo el tiempo por lo que es importante que practiques con algunas cuestiones que se deben tener en cuenta. A continuación, te damos algunos consejos para que no descuides este aspecto y mejores tus habilidades:
1. Mantén el contacto visual
Para la mayoría de los reclutadores, la forma en la que el entrevistado mantiene el contacto es determinante. Hay que mirar al entrevistador con frecuencia pero que no sea fijamente. Si hay varios entrevistadores, dirige tu mirada a cada uno de ellos y ve variando para incluirlos a todos en la conversación.
2. La importancia de la sonrisa
Las entrevistas pueden ser estresantes mentalmente ya que los candidatos suelen estar tan concentrados en responder bien las preguntas por lo que se olvidan de causar una buena impresión y sonreír. Se ha demostrado que sonreír a alguien es una de las formas más efectivas de mostrarse amable, abierto y, lo que es más importante, relajado. Mientras la entrevista vaya avanzando te sentirás menos estresado y será más fácil que puedas mostrar una sonrisa natural y no forzada.
Las empresas también quieren a alguien que tenga ganas de unirse a la empresa y presentarse de una manera positiva dará una impresión favorable. Además, esto puede significar que el candidato puede tener la misma actitud hacia futuros compañeros de trabajo.
3. No cruces los brazos
Tener una conversación con alguien que está con los brazos cruzados hace parecer que está a la defensiva y que no se encuentra cómodo en la situación.
Qué hacer con las manos suele ser un reto en situaciones más formales o estresantes, por lo que, si hay un escritorio o una mesa, déjalas ahí o apóyalas en tus piernas. Si estás más relajado usarás o moverás las manos para expresarte y darás la impresión de tener una mayor naturalidad.
4. Cuida tu postura
Intenta mantenerte recto, con la parte inferior de la espalda contra el respaldo de la silla. Encorvarse puede hacer que el candidato parezca desinteresado por el puesto al que aspira.
Pon consciencia en los pies e intenta mantenerlos bien apoyados en el suelo ya que esto mostrará confianza y también evitará que los muevas hacia arriba y hacia abajo dejando ver tu nerviosismo e inquietud.
5. Sé consciente de tu imagen
Una de las claves sobre tu atuendo es sentirte cómodo con la ropa que utilizas el día de la entrevista y, al mismo tiempo, causar una buena impresión. Asegúrate de que la ropa elegida te queda bien y es de tu talla para evitar incomodidad física. Es obvio cuando un entrevistado no se siente a gusto ya que se refleja en movimientos y gestos forzados.
6. Pon atención a las primeras y últimas impresiones
Es realmente importante cuidar cómo nos comportamos en el principio y el final de la entrevista para que el reclutador se quede con una imagen positiva. El apretón de manos para saludar y despedirse, el tono de voz, el ritmo y el aspecto del acercamiento al llegar y al salir son elementos que el entrevistador tendrá en cuenta. Mostrarse amable con todo el mundo, no solo con los entrevistadores o caminar erguido y con la cabeza en alto intentando sentirte cómodo en una situación nueva son aspectos clave.
Para ello, antes de acudir a la entrevista puedes practicar las posibles preguntas y respuestas en casa haciendo un simulacro. Es una buena idea examinar cómo te sientas y te presentas de forma natural, cómo pones las manos y los brazos, los gestos faciales, la mirada... También informarte sobre la empresa y conocer un poco su historia.
Como hemo visto, las palabras y la comunicación verbal son solo una parte de las entrevistas y una persona de recursos humanos también tendrá en cuenta si el candidato muestra confianza o amabilidad y si está tranquilo bajo presión. La consistencia que se dé entre las señales verbales y no verbales será la más efectiva. Por tanto, demostrar un interés verdadero, controlar el nerviosismo y mostrar una perspectiva positiva son comportamientos importantes que se pueden practicar y que pueden marcar la diferencia a la hora de elegir al candidato perfecto para el puesto que se solicita.
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