Por Sonora Star
Imagen / Pexels / Natasha Fernandez
Podrías pensar que trabajar en dos proyectos o más al mismo tiempo te hará sentir que estás logrando mucho más. Ese es el mito de la ‘multitarea’ o multitasking, y en muchos casos, simplemente no es verdad.
De acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Stanford, la multitarea te hace tener un bajo rendimiento, especialmente cuando deseas cumplir tareas complejas.
Además, cuando cambias de una tarea a otra, tu capacidad de atención se ve afectada, tanto ahora como a largo plazo. A esto se suman también las distracciones digitales que afectan nuestra productividad.
Una técnica que puede ayudarte a contrarrestar el impulso de realizar multitareas es el Time-Blocking. Sigue estos pasos y prepárate para trabajar de manera más inteligente y efectiva.
Evita la multitarea con la técnica de Time-Blocking
El time-blocking se trata de programar tareas por bloques de tiempo. La idea es centrar tu atención en una sola tarea durante un determinado período de tiempo y programar tus tareas como si fueran citas.
La clave principal es planificar con anticipación y apegarse al plan.
1. Decide cuándo programar qué tarea
La primera tarea es observarte con objetividad. Tómate unos días para prestar atención qué horas y días son los más productivos y en cuáles parece que te encuentras en función ‘piloto automático’. Esto te ayudara a determinar cuándo debes programar tu trabajo más duro y más intensivo en cuanto a creatividad, y en qué momentos debes trabajar en tareas que requieren menos concentración.
Una forma efectiva de hacerlo es escribiendo en un diario las actividades que realizas durante el día. Escribe tus tareas y si te sentiste con energía y motivación mientras las realizabas. También registra en qué momentos te sentiste tentado a volver a la multitarea.
2. Organiza tus tareas
Después de identificar cuáles son tus mejores días y horas, el siguiente paso es priorizar las tareas por importancia y urgencia.
Organiza tus tareas en un orden de importancia y designa bloques en tu horario para cumplirlas. Por ejemplo, puedes asignar las tareas que requieran más creatividad en tus mejores horas del día, y dejar el trabajo mecánico (como contestar correos o mensajes de texto) para las horas en las que no te sientes tan productivo.
Organizar tus tareas en un orden de importancia te ayudará a dejar de enfocarte todo el tiempo en tratar de resolver lo ‘urgente’ de cada día y a avanzar en tu trabajo más relevante y en tus objetivos a largo plazo.
3. Optimiza tu agenda
El siguiente paso es crear una agenda en un formato que te funcione. Por ejemplo, puede ser manual o digital, utilizando herramientas como Calendario de iOS, Google Calendar o cualquier otra que te permita planificar tus días.
La codificación por colores puede ser una herramienta muy útil si eres una persona más visual, y puede ayudarte a identificar fácilmente las categorías de tus tareas echando un simple vistazo.
Puedes clasificar tus tareas de acuerdo con su importancia, dificultad y urgencia. Asigna bloques de tiempo de acuerdo con tus mejores estimaciones y realiza ajustes hasta que sientas que ese bloque es un momento óptimo para realizar cierta actividad.
Recuerda no abusar de las actividades que asignes durante el día. Tu horario debe ser realista y no un reflejo de ‘lo que quisieras lograr’. Por otra parte, si crees que puedes realizar una tarea en menos de una hora, no ‘hagas trampa’ asignándole más tiempo, o perderás tu tiempo.
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