Por Fabián Villena
A veces nos tomamos tan en serio nuestro trabajo que podemos perder el norte de lo realmente importante de la vida, y nos terminamos creyendo que necesitamos triunfar en alguna negociación u oportunidad laboral para ser feliz.
Es muy importante aprender a aplicar el desapego profesional en aquellas situaciones que te generan estrés. Por ejemplo, en una negociación, si vas con necesidad y no has trabajado ese desapego, llegarás con un estado emocional inadecuado que te pondrá en una postura de desventaja que delatará tu lenguaje no verbal.
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De igual forma ocurriría en una venta. Cuando vas con esa actitud pones el foco en ti, y el cliente nota que está con un vendedor que ofrecería cualquier cosa con tal de llegar a sus objetivos.
También ocurre en una entrevista de trabajo, se ve la necesidad que tienes, tu valor de mercado se devalúa y puede que no aprecien tu nivel profesional.
En vez de tener ese apego, aplica una actitud positiva inteligente y convéncete de que eres un profesional de gran valor, que si no trabajas allí, no pasará nada, porque seguro que tendrás otras oportunidades.
Pero, a la vez, demuestra que te has interesado en ellos y te has informado sobre cómo puedes aportar valor a su empresa. Si vas con esa actitud de desapego, pero con ilusión, tus opciones de llegar a un acuerdo con esa empresa son mucho más elevadas que si te presentas desde la necesidad.
Y así sucesivamente en las diferentes situaciones que te encuentres en tu vida laboral. En síntesis, todos estos aprendizajes se pueden resumir en la siguiente frase: “No te necesito, pero te quiero”.
Cuando interiorizas esta reflexión, en primer lugar descargas la carga del estrés que acompaña a la necesidad, y, en segundo lugar, te llenas de ilusión.
En esta filosofía de vida no quita que sea imprescindible hacer todo lo que esté en tu mano para superar retos y cumplir tus sueños, pero si no lo logras, no pasa nada, porque, aunque tengas ilusión por conseguirlo, no tienes necesidad.
Ser perseverante en tu trabajo y demostrar una actitud positiva inteligente ante las situaciones laborales, mejorará la imagen que los demás tienen de ti. Es como escribir una carta a los Reyes Magos y confiar que la vida te traerá aquello que les pides para ti, y si no es lo que esperabas, siempre será lo necesario para crecer y aprender. Lo ideal es saber qué quieres conseguir y hacer aquello que dependa de ti para lograrlo.
Aplica estos tres consejos para gestionar tus oportunidades laborales sin miedo y sin estrés:
Convéncete de que eres un profesional de gran valor
Si no trabajas en la empresa que deseas es porque seguro que te esperan otras oportunidades. Concéntrate en aquello que depende de ti, demuestra que te has interesado en ellos y te has informado sobre cómo puedes aportar valor a su empresa.
Aprende de los contratiempos
Cuando se presente en tu vida un contratiempo, descubre la oportunidad que ofrece y aprende del mismo con la finalidad de mejorar. No se trata de un fracaso, es un nuevo aprendizaje del que adquirirás nuevos conocimientos.
Potencia la perseverancia confiando en ti
Ser perseverante en tu trabajo, teniendo confianza en tus proyectos, mejorará la imagen y percepción que los demás tienen de ti. Muestra entereza y firmeza, practica la constancia y obtendrás buenos resultados.
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