Julia Hill es una eminencia en el entorno de los activistas medioambientales. Su nombre, unido al de su apodo 'butterfly' (mariposa), es uno de los más importantes en la historia de la lucha en favor de la naturaleza. Y no es para menos: se pasó más de dos años viviendo en la copa de una secuoya milenaria para evitar que fuera talada. Y lo consiguió.
El 10 de diciembre de 1997, Julia se subió a un árbol de 55 metros de altura. Se ofreció voluntaria para frenar la tala de un grupo de secuoyas milenarias, pensando que estaría una semana o dos en la copa del árbol. Sin embargo, no bajó hasta 738 días después, el 18 de diciembre de 1999, convertida ya en toda una heroína.
La activista medioambiental estadounidense, saltó a la fama a finales de la década de 1990 por su valiente y prolongada protesta en defensa de los árboles. Su compromiso con la protección de los bosques, especialmente con la preservación de los secuoyas, la llevó a vivir en lo alto de un árbol durante más de dos años.
La historia de Hill no solo es un testimonio de su dedicación a la causa medioambiental, sino también un símbolo de resistencia pacífica, determinación inquebrantable y persistencia.
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