Cada fin de año, millones de personas hablan de sus propósitos para el nuevo año. Seguramente has escuchado, o has dicho “Este año voy a bajar de peso” o “Voy a dejar de fumar” o “Voy a ganar más dinero”. Esas típicas frases que no nos comprometen y no llevan a un cambio importante en nuestras vidas, son propósitos que quedan en sólo palabras o que se inician, pero nunca se cumplen.  

Te reto este nuevo año a que vivas por que esta vida se va muy rápido. Vive, respira profundo, disfruta cada momento, rie a carcajada, arriesgate, evita criticar, disculpate cuando debes se amable con todos, ignora a quien te critica, supera lo que te duele y se feliz con lo que tienes no gastes tu tiempo con personas equivocadaa que no te permiten ser feliz. 

Lo primero que debes hacer es escribirlas, estadísticamente sólo un 3% de las personas tienen metas definidas y por escrito, y este es el grupo que avanza hacia sus objetivos, cuando tenemos una meta escrita, es un recordatorio constante de lo que tenemos que hacer. Las metas deben ser realistas y medibles, (cuantos kilos quieres bajar, cuánto quieres aumentar tus ingresos, cuánto quieres ahorrar en el año, etc). Deben estar a tu alcance, y debes creer que puedes lograrlas.

Es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él. Pues quien cojea en el camino, aunque avance poco, se acerca a la meta, mientras que quien va fuera de él, cuanto más corre, más se aleja.  San Agustín (354-430) Obispo y filósofo.

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