Por: Guillermo Espínola
Es la abreviatura de Malicious Software (programa maligno) y este término engloba a todos los tipos de código informático malicioso que tienen como función dañar el sistema o producir un mal funcionamiento u básicamente es un paquete de malas noticias. No son nada nuevo, pero son programas que siguen evolucionando y están siendo codificados para formas más grandes y sigilosas de amenaza.
Hay muchos tipos de malware, se introdujeron en 1990 y eran usados para hacer bromas o para experimentos sociales, pero hoy en día con la evolución del ser humano y la necesidad de causar daño, los hackers usan los malwares para robar información de usuarios y poder dañar aspectos fuera del ordenador, como información financiera, empresarial o hasta gubernamental.
Existen diferentes tipos de malware que pueden ser muy dañinos para nuestro equipo, estos son algunos de los que existen:
Virus. Son los primeros malware que existieron y fueron detectados desde la década de los 70.
Gusanos. Son el segundo tipo de malware infeccioso, es un programa que se reproduce a si mismo y ataca datos o archivos de una computadora. Atacan normalmente a los archivos del sistema operativo y datos en el hasta que queda vacío.
Troyanos. Es un programa que se camufla para parecer útil y parece un archivo que usas en tu rutina y no te das cuenta de que está ahí.
Los malware atacan de diferentes maneras a los equipos:
Desde el día cero. Son fallas que no son públicamente conocidas o anunciadas hasta que empiezan los ataques.
Exploit. Se aprovechan de una vulnerabilidad que ya existe en el equipo, es decir se explotan lagunas que tienen algunos softwares.
Escala de privilegios. Es un ataque que obtiene acceso privilegiado a datos personales restringidos que tienen un nivel muy alto de seguridad.
Evasión. Los hackers las emplean para evitar detección y análisis de sus programas maliciosos por parte de sistemas de seguridad.
Amenaza combinada. Es un conjunto de malware que combina las características de varios tipos de malware y buscan dañar más de una parte del sistema.