Las modalidades de trabajo híbrido o 100% en remoto se han ido implantando en los últimos años. Poder desarrollar tu profesión desde donde quieras tiene unas ventajas más que evidentes, pero también implica una serie de dificultades que tenemos que tener en cuenta y superar para conseguir los resultados esperados. Desarrollar una serie de habilidades es la mejor forma de ser eficaces en el teletrabajo. Te lo contamos.

La pandemia de coronavirus supuso un cambio estructural en lo relativo a las formas de trabajo. La imposibilidad, durante meses, de acudir a la oficina provocó que millones de personas comenzaran a trabajar desde casa. La mejora de la situación despertó un debate en las compañías, entre las que se posicionaban a favor de la vuelta al trabajo presencial y quienes consideraban que mantener un modelo en remoto o híbrido suponía importantes beneficios para empresas y trabajadores.

Lo cierto es que el debate sigue en la calle: un estudio elaborado por Microsoft entre sus empleados asegura que el 87% de las personas encuestadas considera que el teletrabajo ha aumentado su productividad. Sin embargo, en esa misma encuesta surgía una respuesta completamente diferente cuando se preguntaba a los directivos. En torno al 80% de ellos aseguraban no tener confianza en la productividad de sus empleados con el modelo remoto.

Ya se sabe que, para gustos, los colores. En cualquier caso, alcanzar con el teletrabajo esa productividad que demandan los responsables también es posible, sobre todo en las profesiones más tecnológicas. Sin embargo, para conseguirlo es necesario tener o desarrollar unas habilidades muy demandadas. Veamos cuáles son.

Pexels / Tima Miroshnichenko


Capacidad de aprendizaje tecnológico

Las nuevas herramientas tecnológicas han permitido que el teletrabajo sea una realidad. Videollamadas, plataformas colaborativas, inteligencia artificial, programas de automatización de tareas… Año tras año aparecen más softwares que tienen como objetivo optimizar los procesos laborales, ayudarnos a gestionar el tiempo, agilizar las tareas y aumentar nuestra productividad.

Ahora bien, pese a que normalmente se trata de herramientas bastante intuitivas, aprender a usarlas y, sobre todo, dominar las funciones más avanzadas de cada una de ellas implica una curva de aprendizaje que supone un esfuerzo para los trabajadores. Teletrabajar exige abrirse a las nuevas tecnologías y aprender continuamente sobre su uso. Esta habilidad es esencial para que los resultados de la experiencia laboral sean los esperados.


Orientación a resultados

Los datos se han convertido en un aspecto definitorio del trabajo. Y entre ellos encontramos la búsqueda de unos resultados previamente acordados entre empresa y empleado. El teletrabajo alimenta una flexibilidad mucho mayor en la que cada profesional ha de cumplir unos objetivos quedando el tiempo que ocupe en conseguirlos en un segundo plano.

Esto está enlazado con una habilidad: la autonomía. En el trabajo presencial se desarrollan dinámicas en las que tus compañeros están al lado. Seguirás necesitando de su apoyo y del trabajo en equipo para alcanzar los resultados, pero también debes aprender a ser autónomo para desarrollar con agilidad ciertas tareas sin que te lleve excesivo tiempo.

Gestión del tiempo

Y precisamente el tiempo, el modo en que eres capaz de administrarlo, va a ser clave para conseguir esos resultados. El tiempo es escaso y el desarrollo de nuevas tecnologías hace que tengas que desarrollar muchas tareas de forma simultánea. Para conseguir que puedas hacerlas todas de forma eficiente es esencial que seas capaz de desterrar los momentos improductivos. El tópico dice que el tiempo es oro y en el teletrabajo tal convención tiene aún más valor.

Planificar cada jornada y estructurar las tareas priorizando las urgentes y más importantes y dejando pequeños huecos para aquello que debes hacer, pero que no resulta prioritario, es la mejor manera de conseguir estos resultados.


Comunicación

El hecho de que los miembros del equipo trabajen desde espacios diferentes y en circunstancias diversas convierte la comunicación entre ellos, si cabe, en un aspecto aún más importante. Es básico saber qué queremos contar y cómo contarlo. La concisión y la claridad permitirá que no hagas perder el tiempo a tus compañeros y poder resolver dudas que te permitan avanzar.

Las herramientas de comunicación por videollamada facilitan las reuniones en remoto, pero pasarte la jornada en ellas provoca que tu productividad se vea mermada. Por ello, en el teletrabajo la comunicación escrita tiene una importancia capital. El correo electrónico, los chats o las plataformas que mejoran el trabajo colaborativo resultan grandes aliados siempre que seas capaz de comunicarte de forma eficaz.


Capacidad de adaptación

Ya sabemos que los avances tecnológicos son continuos y determinan las formas de trabajar. Los softwares con los que trabajas hoy muy probablemente mañana estarán obsoletos. Esta velocidad extrema puede generar mucha soledad cuando un trabajador se “enquista” en el aprendizaje de una tecnología. Las habilidades de adaptarse a las nuevas realidades mejoran el rendimiento personal y de la empresa. Contar con el apoyo de tus compañeros en momentos de duda es también clave en este proceso de adaptación continua.

El teletrabajo ha venido para quedarse. Cada vez más empresas adoptan este modelo atraído por los beneficios tanto para la empresa como para los empleados. Ahora bien, para conseguir que el modelo sea productivo es importante que los profesionales desarrollen ciertas habilidades básicas que ayudarán a conseguir los mejores resultados para la compañía.

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