Por Universia
Imagen / Pexels / Tima Miroshnichenko
Una entrevista de trabajo es el momento en que te vas a dar a conocer personalmente a los profesionales de la empresa en que quieres trabajar. Es normal tener los nervios de punta junto antes de enfrentarte a ella, mucho más si en el transcurso de la misma surge la temida pregunta sobre cuáles son tus debilidades. Pero, aunque te cueste creerlo, tu respuesta también puede ser una oportunidad para brillar. Aquí te mencionaremos algunos tipos de debilidades que no harán que pierdas tu encanto frente al reclutador.
Mostrar las debilidades en positivo
En un artículo en CNBC, la consultora Ann Hiatt explicaba las claves para impresionar en una entrevista de trabajo. Entre otros aspectos, señala la importancia de explicar las aficiones siempre que puedan tener una referencia al empleo al que optas o de hablar siempre en plural, refiriéndose al equipo, nunca a uno mismo. Y más allá de eso, describe la importancia de mostrar las debilidades, pero siempre en positivo.
Exponer las debilidades propias es una buena forma de mostrarnos humildes y generar confianza en la persona que nos entrevista. Nadie lo sabe todo. Nadie lo hace todo bien. Reconoce que tú tampoco, pero muéstrate siempre dispuesto a aprender para conseguir convertir esa debilidad en una fortaleza.
Es, por lo tanto, recomendable que te prepares a conciencia esa entrevista con el reclutador. Aprende todo lo necesario sobre la empresa, estate al tanto de sus últimas actualizaciones y repasa tus conocimientos específicos sobre el puesto al que optas. En ese primer contacto son fundamentales los aspectos formales: sé puntual, plantea dudas y ofrece aportaciones que muestren que eres una persona proactiva y con ganas de aprender.
Tipos de debilidades
Enfócate en conocer algunas de las debilidades personales más habituales y reconoce aquellas que puedas superar y que no te comprometan como trabajador de la empresa.
“Soy muy detallista”
Ser demasiado detallista puede sonar como una debilidad, pero en realidad es una fortaleza disfrazada. Puedes decir algo como: "A veces me enfrasco tanto en los detalles que me cuesta dejar ir un proyecto". Esto muestra que te preocupas por hacer las cosas bien.
"A veces me cuesta delegar"
Si prefieres hacer las cosas por ti mismo, mencionar que a veces te cuesta delegar tareas muestra tu compromiso y deseo de asegurarte de que todo salga perfecto. Añade algo como: "Estoy aprendiendo a confiar más en mi equipo y a distribuir responsabilidades".
"A veces soy demasiado autocrítico/a"
Esta debilidad demuestra tu deseo de mejorar constantemente. Puedes explicar: "A veces soy muy exigente conmigo mismo/a, pero estoy aprendiendo a reconocer y celebrar mis logros".
“No tengo mucha experiencia laboral”
Todos hemos estado en esa situación en la que la falta de experiencia laboral parece ser un obstáculo insuperable. Lo más importante es demostrar tu disposición para aprender. Tu actitud puede ser justo lo que necesitan en la empresa.
“Me cuesta hablar en público”
Reconocer esta dificultad muestra honestidad y, lo más importante, demuestra que estás dispuesta/o a trabajar en ello. Explícale al entrevistador cómo planeas superar este desafío. Actividades como el teatro o tomar clases de oratoria son excelentes maneras de fortalecer tus habilidades de comunicación en público.
“A veces me cuesta pedir ayuda”
El trabajo en equipo es una de las habilidades que más se valoran en cualquier empresa. Contar con tus compañeros y que ellos cuenten contigo es fundamental para el correcto desarrollo del día a día. Es una debilidad que un reclutador considera superable y que despierta la confianza en ti de la persona que te entrevista.
“Necesito aprender más sobre…”
Evita mostrarte con un todoterreno. Cualquier puesto de trabajo requiere de varias habilidades y de distintos conocimientos. En algunos de ellos serás especialista, pero en otros tendrás que profundizar. Di la verdad. Si hay un tema en el que necesitas mejorar, explícalo, pero siempre indicando que te estimula mucho aprender, que el nuevo puesto de trabajo es también una oportunidad para que mejores tu perfil profesional.
“Antes entregaba los trabajos en la fecha límite, pero he aprendido a organizarme mejor”
Es importante que describas la forma en que estructuras tu calendario y explicando esta debilidad que estás mejorando puedes hacerlo. La organización es clave para todas las empresas y contar con empleados capaces de llegar con el tiempo suficiente a las entregas resulta fundamental. Este es un punto que genera dificultades en muchos trabajadores. A nadie le sorprenderá que a ti te pase.
Recuerda, lo importante no es solo identificar tus debilidades, sino también mostrar cómo estás trabajando para convertirlas en fortalezas, es decir, terminar con un giro positivo. ¡Sé sincero/a, positivo/a y enfocado/a en tu crecimiento personal! Cada debilidad es una oportunidad para demostrar tu compromiso con el crecimiento personal. ¡No tengas miedo de afrontar tus puntos débiles!
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