Por Emprendices
El dinero está comúnmente asociado a la visión materialista de las cosas, sin embargo su importancia es tan grande en la dinámica humana que no puede abordarse solamente desde ése ámbito.
Es necesario entender los procesos mentales que gobiernan la relación de las personas con el dinero, la educación inconsciente que se imparte al respecto desde temprana edad, las “creencias limitantes”, las confusiones conceptuales y morales, etc. Esto es lo que aborda la psicología del dinero.
(Extracto del Programa de Asesoramiento sobre la Psicología del Dinero de Carlos Nava Condarco)
El juego interno del dinero.-
Queda claro lo que el dinero representa en términos de externalidades (o el rol que desempeña en el mundo): permite efectuar todas las transacciones necesarias para sobrevivir y sostener el sistema socio económico de la civilización moderna.
Pero a efecto de interioridades, es decir lo que sucede en la mente de cada persona respecto al dinero, el tema no es tan fácil de entender.
Las percepciones que se tienen de él, las formas de generarlo, gestionarlo y disponerlo varían tremendamente de una persona a otra. Por esto es necesario construir una psicología del dinero.
Para esudiar con profundidad un tema que condiciona la calidad de vida de todas las personas en este mundo.
Los conflictos de dinero no son económicos ni de negocios, son problemas psicológicos.
Ninguna dificultad monetaria, bien sea tener poco dinero, gastar mucho, acapararlo, acumularlo, retenerlo, no saber cómo invertirlo, etc., se resuelve generando más “cash”. La solución no está en la fuente, el flujo o el uso del dinero, la respuesta se encuentra en los procesos mentales que las personas activan en el del tema.
Es un asunto contra-intuitivo. Los problemas no están afuera, están en la mente.
Se puede tomar cualquier medida para trabajar “externalidades” pero la raíz de la problemática se mantendrá. Los patrones continuarán.
Por algún tiempo y en ciertas circunstancias las cosas pueden mejorar, pero si la psicología del dinero no ha tomado parte en la ecuación, las situaciones indeseables volverán.
Es lo mismo que sucede con las relaciones disfuncionales: se presume que el problema es la gente con la que uno se relaciona, pero el problema radica fundamentalmente en decisiones que hay que tomar internamente.
El dinero es un asunto emocional. No es racional. No se trata de números. Es un tema de creencias, convicciones, disposiciones, inclinaciones. Algo parecido a la religión o la política. Temas muy sensibles y personales.
El dinero es, obviamente, uno de los elementos más importantes en la vida de las personas, y por lo tanto un campo sobre el que se debe trabajar y desarrollar conocimiento hasta alcanzar maestría. No es para menos.
Con el dinero existe una verdad básica, primaria: o se lo domina o te domina.
Los orígenes personales de la psicología del dinero.-
La relación de las personas con el dinero está condicionada por la relación que a su vez tuvieron con él las familias que las criaron.
Creencias y actitudes hacia el dinero se forman en la niñez. Emergen en la inconsciencia de la infancia y se mantienen en el subconsciente a lo largo de la vida.
Con el dinero se produce algo poco común en otros campos del conocimiento humano: su entendimiento se origina en la inconsciencia de la edad temprana y habita toda la vida en el subconsciente.
O por lo menos hasta el momento que se incorpora consciencia y se transforma la percepción.
Las personas se comportan con el dinero igual que lo hicieron quienes las educaron, o en otros casos, de forma totalmente opuesta.
Todo depende de las experiencias que hayan vivido. Las reacciones son pendulares: transitan de un extremo al otro.
Los aspectos psicológicos generalmente vinculados al dinero son temor, miedo o ansiedad.
En algunos casos se forman conductas de gasto compulsivo – emocional, y en otros apremio por guardarlo o acumularlo.
Hay personas muy licenciosas para gastar y otras “hiper-vigilantes” o sensitivas con cualquier gasto.
Estas conductas se forjan en la educación temprana, en las experiencias del ambiente familiar vinculado a la cuna.
Si no existe un proceso consciente para evaluar la psicología íntima y personal respecto al dinero, todos los actos estarán condicionados siempre por la educación recibida en la infancia y juventud.
Ahora bien, si ésa educación ha sido abordada apropiadamente en el hogar, las conductas serán útiles y beneficiosas a lo largo de la vida.
Pero esta realidad corresponde a una minoría. En general existen conceptos equivocados, en mayor o menor proporción, en todas las familias.
Los valores, conceptos, interpretaciones y creencias equivocadas respecto al dinero, se visten la mayoría de las veces de buena fe y sanas intenciones.
Este es el drama asociado a la educación con el dinero: en las familias no existe mala disposición para enseñar lo que enseñan, o falta de buena fe para transmitir la doctrina que consideran acertada.
Se lo hace con las mejores intenciones. Por esto son enseñanzas y valores que quedan profundamente enraizados en el subconsciente de las personas, porque fueron impartidos con amor y cuidado.
La mayor parte de las equivocaciones en las que caen las familias el momento de educar a los hijos en asuntos de dinero se fundamentan en “creencias limitantes”.
Estas creencias se mimetizan fácilmente en el abanico de la buena fe y las sanas intenciones. Son inocentes formas de ver la realidad, no solo respecto al dinero, también en términos políticos y de conducta social.
Las creencias limitantes en la psicología del dinero son, entre otras, las siguientes:
El tema de dinero es complejo porque “la economía no está bien”
Las corporaciones tienen todo el poder
No puedo hacer gran dinero en mi campo
La competencia es muy grande
Existe mucha gente en el planeta. Hay poco oportunidad. Todo está copado
No puedo iniciar nada porque no tengo suficiente capital
Mi jefe no me aprecia
Es la empresa donde trabajo la que lo impide
El dinero es muy difícil de hacer
El dinero es malo. Fuente de miserias y corrupción
Es muy caro, nunca podré pagarlo
Todos tratan de engañarme, de estafarme
Los negocios no son éticos o “espirituales”
Una inmensa mayoría de personas (y familias para el caso), comparten alguna variante de estas creencias limitantes.
Y pocas veces las visualizan de acuerdo a su naturaleza, porque no parecen creencias trascendentalmente equivocadas.
Son sutiles errores de entendimiento. Se disfrazan de criterios conservadores y lógica preventiva. “Soy cauto, ¿acaso eso es incorrecto?»
Sin embargo la conclusión a la que se llega es determinante: no es fácil hacer dinero.
Consecuencias de las creencias limitantes en la psicología del dinero.-
Victimizarse. Es una consecuencia lógica. “El responsable de la incapacidad propia de hacer dinero es otro (s)”.
Excusas. Cientos de ellas. Todas lógicas. Emergentes de la solidez de las propias creencias limitantes.
Procrastinación. Postergación de decisiones indispensables asociadas al dinero.
Materialismo. Dado que las cosas y situaciones que pueden resolverse con dinero no se producen, entonces “el dinero lo resuelve todo”. Es curioso. Los conceptos materialistas emergen de necesidades emocionales. Del afán de explicar un problema de dinero que no se resuelve. Y más curioso aún es que las personas materialistas son mayormente las que NO tienen suficiente dinero, no necesariamente las que se benefician del capital.
Vacíos emocionales. Insatisfacción. Frustración con la vida y sus menesteres.
La idea o tentación de ganar dinero inapropiadamente. Esto es, posicionar el concepto equivocado de “dinero fácil” en la parte alta de la escala de valores.
Malas inversiones.
Inexistencia de estrategias de largo plazo.
Falta de disciplina y buenos hábitos relacionados con el dinero.
Falta de conocimiento y educación sobre la materia. ¿Cómo funciona el dinero?
Evitar e ignorar el dinero.
Esta última es una consecuencia común. Y una de las más destructivas. Porque el dinero es sencillamente imposible de ignorar, es un dominio muy grande del quehacer humano, guste o no.
Psicología sana del dinero.-
¿Cómo se revierte la psicología equivocada del dinero?
Primero y esencialmente tomando consciencia de ella. Entendiendo que existe y que trasciende cada acto de la vida. Reconociendo que no es una construcción propia, y que por lo mismo no amerita culpa o pena.
Asumiendo luego que la responsabilidad de transformar esa psicología es eminentemente personal.
Una psicología sana del dinero se fundamenta en lo siguiente:
1.- Descartar el materialismo.
Nunca se estará bien solamente teniendo dinero. Ésta es una de las manifestaciones más notables de la pobreza. El dinero es un bien, una posesión material de naturaleza fungible.
Por mucho esfuerzo que se invierta en tratar de probar (o creer) lo contrario, la vida se encargará de ratificar que el dinero no compra el bien-estar de ninguna manera.
Las cosas más importantes de la existencia no son materiales, y por lo mismo se encuentran lejos de poder ser adquiridas con dinero. El simple hecho de cambiar la psicología del dinero no puede comprarse.
El dinero es como la espada de un guerrero. Nada es sin este último y su capacidad de blandirla con destreza.
Puede ayudar a vencer muchas batallas si se encuentra en manos entrenadas, pero puede causar gran daño si no lo está.
2.- No construir ninguna ideología alrededor del dinero
. Éste es algo completamente neutro.-
¿Qué ideología puede desarrollarse alrededor de una mesa, una silla, un automóvil o una casa? Ninguna.
Con el dinero sucede lo mismo.
Tiene funcionalidad específica, y pare de contar. Es un invento del hombre, como la rueda o la palanca. Puede “mover” el mundo como lo hace una rueda o como Arquímedes lo pretendía si le daban una palanca suficientemente grande. Pero, ¿puede justificar una ideología?
Solo los pobres hacen filosofía con el dinero. Lo escaso mistifica la abundancia y lo carente ensalza la plenitud.
Quien trata el dinero con la naturalidad que merece, nunca lo sitúa en un lugar muy alto de la escala de valores.
Esto no pretende relativizar la importancia de la pobreza, o el drama que representa. Pero en el marco de las conceptualizaciones que se han hecho tampoco se puede hacer apología de ella.
Nada bueno tiene la pobreza, y mucho menos cuando es producto de procesos mentales que pueden cambiarse.
3.- Conocer todas las “trampas” que ha construido la Sociedad acerca del dinero.-
Consumismo, hipotecas, tarjetas de crédito, malas inversiones, tentaciones emocionales, etc.
Estas “trampas” están creadas para hacer dinero con la gente que poco sabe sobre el dinero.
Esa es la realidad. Y con ser un hecho tampoco alcanza para el juicio moral.
Porque si no es moralmente reprensible quién vende tabaco a los que desean fumar, tampoco lo es quién tiende las “trampas” para el incauto.
La responsabilidad es personal. Las “trampas” desaparecen cuando también lo hace la ignorancia respecto del dinero.
4.- Tener mentalidad de abundancia.-
El dinero abunda. Esta es una afirmación técnica. Un argumento factual.
Nuevamente. Si el dinero está efectivamente concentrado en una proporción ínfima de los habitantes de la tierra es por efecto de la ignorancia del resto.
Se pueden ejercitar muchos argumentos diferentes, puede privilegiarse un acercamiento más bondadoso y políticamente correcto.
Pero las cosas no cambiarán porque la “proporción privilegiada” cambie su enfoque, lo harán solamente cuando el resto decida ejercer el derecho de formar conocimiento en el tema.
5.- Tomar 100% de responsabilidad por la situación propia respecto al dinero.
Sin excusas ni culpas a nadie más. Tomar plena y consciente responsabilidad personal detiene el proceso de victimización.
El dinero es una de ésas pocas cosas que demanda sojuzgamiento.
Es poderoso sirviente pero puede ser un amo cruel. Y en cuenta de la importancia de esto, resulta poco juicioso dejar la responsabilidad en manos de otros.
¡Nada ni nadie tiene la culpa de los problemas de dinero que tenga uno mismo! Creerlo conduce a la liberación, no hacerlo produce un poco más de lo mismo de siempre.
6.- Inversiones estratégicas.-
Especialmente en uno mismo y siempre con criterio de largo plazo.
El dinero fácil no existe. Ninguna propuesta que se fundamente en esto es seria. Constituye solo una “trampa” más.
La mentalidad de largo plazo es la fórmula más poderosa para doblegar los contratiempos que genera el dinero, especialmente si se trata de inversiones. Y cuando a ello se añade el criterio “estratégico” se suma un concepto de gobierno asociado al tratamiento del conflicto, la incertidumbre y la competitividad.
La psicología sana del dinero nunca se alinea con la premura o la urgencia, estos son combustible para todo contratiempo financiero. Por otra parte, la mentalidad de largo plazo no debe confundirse con procrastinación o indecisión.
Es solo la forma de contar con el tiempo a favor y no en contra.
La lógica de inversión está también asociada de cerca a la de ahorro, y éste es un elemento fundamental para el dominio del dinero.
7.- Que el dinero sea producto de la práctica de su mayor pasión.-
La mejor forma de ganar dinero, y hacerlo en abundancia, es como producto de hacer algo por lo que se siente pasión.
Ésa es la afirmación que resume todo, porque practicar algo con pasión garantiza la calidad, excelencia, y distinción.
Está bien dicho que la excelencia es una consecuencia del amor, y la pasión es hija distinguida de este último.
Quien hace las cosas con pasión es un creador, y a estos les está reservada la abundancia financiera. Ayn Rand la filósofa objetivista clasifica a los individuos entre los que crean y los que demandan (“makers y takers”), y afirma con razón que el mundo no solo ha sido edificado por los primeros, también les pertenece.
Cuando se hacen las cosas con pasión se pasa sutil, pero firmemente, de una categoría a la otra.
(Extracto del Programa de Asesoramiento sobre la Psicología del Dinero de Carlos Nava Condarco.
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