Por Muy Interesante
Imagen / Pexels / Thierry Fillieul
Hoy conoceremos a los insectos más letales del planeta pues algunas especies transmiten enfermedades o inyectan veneno con consecuencias desastrosas.
En los últimos años, se han publicado varios estudios que muestran una disminución dramática en el número de insectos a lo largo del tiempo. El más destacado, de las reservas naturales en Alemania occidental publicado en 2017, sugirió una disminución notable de la biomasa de insectos voladores (> 75% de disminución en 27 años).
Desde entonces, ha habido varias investigaciones de seguimiento de diferentes lugares en todo el mundo, la mayoría mostrando fuertes descensos, otras menos, y algunas incluso mostrando aumentos.
En 2020, un equipo internacional de científicos colaboró para recopilar datos de 166 encuestas a largo plazo realizadas en 1676 sitios en todo el mundo, entre 1925 y 2018, para investigar las tendencias en la abundancia de insectos (número de individuos, no especies). El análisis reveló una gran variación en las tendencias, incluso entre sitios cercanos.
Por ejemplo, en países donde se han realizado muchos estudios de insectos, como Alemania, Reino Unido o los Estados Unidos, algunos lugares experimentaron descensos, mientras que otros muy cercanos no indicaron cambios, o incluso aumentaron.
Sin embargo, cuando se combinaron todas las tendencias en todo el mundo, los investigadores pudieron estimar cómo la abundancia total de insectos estaba cambiando en promedio a lo largo del tiempo. Descubrieron que para los insectos terrestres (insectos que pasan toda su vida en la tierra, como mariposas, saltamontes y hormigas), hubo una disminución promedio de 0,92% por año.
Los insectos están desapareciendo silenciosamente
"Un 0,92% puede no parecer mucho, pero en realidad significa un 24% menos de insectos en 30 años y un 50% menos en 75 años y no nos damos cuenta de un año a otro", explica el investigador Roel van Klink de la Universidad de Leipzig.
Para este trabajo, los expertos también analizaron datos de muchos de estos hábitats ocultos. Esto demostró que, en promedio, hay menos insectos viviendo en la hierba y en el suelo hoy que en el pasado, de forma similar a los insectos voladores. Por el contrario, el número de insectos que viven en las copas de los árboles, en promedio, se ha mantenido prácticamente sin cambios.
Aunque los científicos no han podido decir con certeza por qué se están dando estas tendencias tanto negativas como positivas, pudieron señalar algunas posibilidades. Lo que es más importante, descubrieron que la destrucción de los hábitats naturales, particularmente a través de la urbanización, está asociada con la disminución de los insectos terrestres. Otros informes, como la Evaluación Global de IPBES, también señalaron que el cambio en el uso de la tierra y la destrucción del hábitat son una causa principal del cambio global en la biodiversidad.
Mosca tsé-tsé
Las moscas tsé-tsé viven en el centro de África continental, particularmente cerca del desierto del Sahara y existen desde hace al menos 34 millones de años. Son las causantes de la enfermedad del sueño, una infección parasitaria que afecta tanto a hombres como animales (nagana) debido a una sustancia química llamada tripanosoma que causa esta enfermedad.
Cuando pica a un humano, sus síntomas incluyen dolores de cabeza, picazón y dolor en las articulaciones, que progresa a confusión, entumecimiento y problemas para dormir. Afecta al sistema nervioso de la víctima y su picadura puede derivar en un coma.
Avispón asiático gigante
El avispón asiático gigante es un insecto muy corpulento (5 cm de largo y una envergadura alar de 7,5 cm) y posee un potente veneno capaz de disolver los tejidos. Es muy agresiva y puede causar la muerte de las víctimas a las que ataca, incluyendo un ser humano. La mayoría de estos avispones habitan en las zonas rurales de Japón.
Solo ataca a los humanos cuando se siente amenazado. Sin embargo, su veneno ataca el sistema nervioso y es capaz de matar a un humano con alergia con una sola picadura y a otro sin ella con varias.
Araña violinista
La araña violinista o araña reclusa marrón es una especie de arácnido con un fortísimo veneno necrótico. A pesar de que no libera neurotoxinas como la Viuda Negra, su picadura destruye el tejido y puede causar lesiones que tardan meses en sanar. Estas arañas son bastante tímidas y no agresivas, pero, como decimos, tienen un poderoso veneno. Las picaduras ocasionales ocurren porque arañas y humanos compartan el mismo espacio vital. A estas arañas les gustan los rincones oscuros; viven debajo de los muebles, cajas y libros. Cuando pican a un humano, es posible que la picadura pase desapercibida y que apenas produzca hinchazón.
Sin embargo, algunas personas desarrollan una herida necrótica (con sangre y pus) que se cura lentamente, con el potencial de una infección secundaria. Se alimentan fácilmente de presas que están muertas, por lo que se sienten atraídos por los insectos recientemente asesinados. Sin embargo, pueden -y lo hacen- atacar presas vivas. Producen escalofríos, fiebre, sangre en la orina, fatiga, dolor en las articulaciones, erupción cutánea y, en casos extremadamente raros, convulsiones y muerte. Solo están activas de marzo a octubre.
Hormigas de fuego
Estas hormigas muerden y rocían ácido fórmico sobre los atacantes, causando irritación, dolor y, en casos extremos, sobre todo para las personas que son alérgicas al veneno de estas hormigas, anafilaxia o una reacción alérgica grave que puede causar problemas respiratorios, caída de la presión arterial y la muerte.
Esta especie de hormiga específica segrega un veneno cuando pica, por lo que el área afectada provocará irritación de la piel durante unas horas o días.
La erupción de hormigas de fuego se verá como un grano con pus dentro o pústulas. Las hormigas de fuego viven en montículos, pero también pueden anidar en otros hábitats como paredes y pisos, cimientos y aceras.
Mosquito Anopheles
Más conocidos por transmitir la malaria y otras enfermedades, estos mosquitos han sido responsables de numerosas epidemias en las regiones tropicales del mundo. A diferencia del género Aedes, los Anopheles son habitantes de agua dulce. Son portadores del virus de la malaria y son muy activos por la noche.
Los mosquitos portadores de la infección transmiten un parásito llamado Plasmodium. Una vez que los parásitos (esporozoitos) entran en el torrente sanguíneo, atacan al hígado y al resto de glóbulos rojos del cuerpo. El parásito apenas tarda cinco minutos en pasar del mosquito al hígado.
Las complicaciones pueden conducir a la insuficiencia de múltiples órganos. Esta enfermedad se cobra casi medio millón de vidas cada año en el mundo. Por el momento, no hay vacuna para la malaria, aunque sí muchas candidatas. Los mosquitos pueden transmitir malaria, dengue, fiebre amarilla, virus del Zika y muchas otras enfermedades mortales.
Pulgas
Las pulgas están entre los insectos más comunes. Existen diferentes tipos de pulgas pero todas tienen una cosa en común: todas se pegan, extraen sangre y causan diversas enfermedades a sus anfitriones. Las pulgas pueden picar a los humanos, pero no es probable que permanezcan en el cuerpo de un humano. Los anfitriones perfectos para las pulgas son los gatos, perros, cobayas y roedores.
Aunque generalmente no se consideran excesivamente peligrosas, las pulgas transmiten numerosas enfermedades entre animales y personas y a lo largo de la historia han ayudado a facilitar plagas como la peste bubónica (más de diez millones de personas murieron en la primera mitad del siglo XX por la bacteria Yersinia pestis transmitida por las pulgas).
Hormiga bala
Se conocen como hormigas bala porque las víctimas suelen describir la sensación de ser picado por esta hormiga como si le hubieran disparado con un arma. Una persona a la que le pique esta hormiga puede sentir un dolor punzante y constante que puede durar más de un día. Así las cosas, la picadura de una hormiga bala es tan dolorosa como una herida de bala.
Se trata de la especie de hormiga más grande del mundo y libera veneno con una neurotoxina que, aunque no deja de ser inofensivo, el dolor es tan tremendo que puede provocar el desmayo.
Insectos del beso
Los insectos triatominos, concretamente los llamados chinches del beso o insectos del beso, están muy extendidos por Sudamérica y son bastante peligrosos. Pueden transmitir la enfermedad de Chagas, una afección parasitaria que causa una serie de síntomas que pueden empeorar progresivamente.
Los síntomas comienzan con fiebre e hinchazón y pueden provocar insuficiencia cardíaca o agrandamiento del esófago o colon, muchos años después de la picadura. Se debe a que estos insectos transportan y transmiten parásitos llamados Trypanosoma cruzi. Estos insectos pican en la cara de víctimas desprevenidas mientras duermen, dejan sus heces en la piel y la infección comienza cuando estas heces tocan los ojos, la boca o una herida abierta.
La enfermedad es considerada una asesina silenciosa, que puede permanecer invisible inicialmente pero conducir a complicaciones cardíacas e intestinales mucho después.
Taturana Oblicua
Esta oruga tiene pelos urticantes muy venenosos. Se le conoce como “gusano de la muerte” y se trata de una especie de oruga oriunda de Brasil. Sus pelos urticantes son tan venenosos que pueden ser mortales. Como su camuflaje es muy bueno, pasan desapercibidas en la naturaleza, pero si te rozan, puede ser mortal.
Ha sido responsable de muchas muertes de seres humanos en Brasil. El único tratamiento posible para la intoxicación por su veneno es el suero antilonómico.
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