Por Sonora Star
En los últimos años, la gestión de la complejidad en las empresas se ha abordado en una balanza que toma en cuenta dos enfoques: el enfoque ‘hard‘, basado en estructuras y procesos, y el enfoque ‘soft‘, que toma en cuenta emociones, sentimientos y relaciones interpersonales. Sin embargo, según Yves Morieux, experto francés en diseño organizacional, el verdadero problema es que ambos planteamientos son obsoletos.
Yves Morieux es consultor y profesor en varias universidades. A lo largo de su vida ha estudiado los entornos laborales y las empresas, pero en los últimos años se centró en descubrir el motivo de la improductividad en las compañías y la falta de compromiso con el trabajo. Sus reflexiones lo llevaron a plantear el concepto de la simplicidad inteligente.
De acuerdo con el autor, la simplicidad inteligente es la habilidad para transformar los problemas complejos en soluciones cooperativas, concretas y fácilmente entendibles para todos. Yves Morieux ha enfocado este concepto a los problemas de cooperación e integración en las empresas. Sin embargo, actualmente se aplica a todo tipo de grupos e incluso a las acciones individuales.
Por lo que las seis reglas de la simplicidad inteligente son pautas destinadas a lograr que las organizaciones y los grupos funcionen mejor. Se orientan a lograr que el ambiente laboral, la motivación y la solidaridad sean los valores principales. Por ende, esto permite que la productividad y el compromiso aumenten.
Las 6 reglas de la simplicidad inteligente
1. Entender qué hacen los demás
Comprender el trabajo de los otros, yendo más allá de las descripciones de los puestos de trabajo y de los prejuicios es fundamental para entender la complejidad de lo que hace el otro.
En otros grupos y en las relaciones personales también puede aplicarse esta regla de simplicidad inteligente. Implica hacer un ejercicio de reflexión y ser empáticos, es decir, “ponernos en los zapatos del otro”. Con ello podremos comprender mejor la complejidad del lugar de otras personas en el mundo.
2. Reforzar a los integradores
Para que los equipos cooperen, Yves Morieux propone reforzar a los jefes de equipo, dándoles más poder y autonomía para permitirles decidir sin seguir atorados en protocolos de control o procedimiento.
En la vida personal también se puede aplicar este principio de la simplicidad inteligente. Supone facilitar las decisiones de quienes tienen mayor habilidad, conocimiento o capacidad para resolver problemas, conciliar intereses, o promover acuerdos.
3. Incrementar el poder de todos
Al empoderar a los trabajadores se logra que puedan utilizar su criterio e inteligencia, y les hace posible correr el riesgo de cooperar. Cuando los trabajadores sienten que tienen un margen de poder sobre su labor, generalmente responden con un mayor nivel de compromiso.
La regla también es aplicable en la vida familiar también es aplicable. Es saludable buscar equilibrios de poder, es decir, que cada miembro tenga su propio margen de control sobre el espacio que se comparte. Esto permite que exista una mejor disposición hacia los otros.
4. Extender la sombra del futuro
La “sombra del futuro” es un interesante concepto propuesto por Yves Morieux. Significa, en términos muy sencillos, ‘crear ciclos de retroalimentación’. Esto es, organizar las actividades por ciclos. Al final de estos, evaluar las consecuencias de las acciones que se emprendieron al comienzo de los mismos.
Hacer retroalimentación sobre las acciones es fundamental. Tanto en el mundo personal, como en el mundo laboral, promueve la simplicidad inteligente porque logra que cada quien se comprometa. También que logre identificar los puntos o aspectos que están causando problemas.
5. Aumentar la reciprocidad
Al mismo tiempo que se promueve la autonomía, es importante reforzar la reciprocidad. Tanto en el trabajo como en la vida diaria, los seres humanos necesitamos los demás. Sin embargo, en ocasiones nos colocamos barreras de cooperación.
Estas barreras, mentales o materiales, impiden la simplicidad inteligente. El sentido común nos indica que cuando hay colaboración, se refuerzan los vínculos y mejora el entorno. Las personas cooperativas son más eficientes y tienden a gozar un mayor bienestar emocional.
6. Recompensar a quienes cooperan
La solidaridad para conseguir los objetivos comunes es tan importante que siempre se deben reforzarse las conductas cooperativas. La mejor manera de hacerlo es reconociéndolas y premiándolas de algún modo.
El autor diseñó esta regla debido a que toda dificultad o todo conflicto se puede solucionar si hay cooperación. Si se pide o se facilita ayuda, los resultados generalmente son óptimos. Por ello, la solidaridad es el gran valor a implementar, reforzar y promover.
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