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Uno de los consejos más recurrentes en momentos de angustia es simplemente respirar para poder pensar. Hacerlo nos ayuda a regresar al momento presente y tomar mejores decisiones. Como esta, existen muchas otras técnicas relacionadas que son efectivas para el bienestar emocional. Pero aunque algunos consideren estas prácticas como algo meramente espiritual, en realidad también tienen un impacto en el plano físico.
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Una de ellas es “parar y pensar” (stop-and-think), un ejercicio de autocontrol en el que las personas detienen periódicamente su comportamiento en curso para reflexionar sobre el presente y con ello identificar procesos automáticos de pensamientos negativos.
Es decir, se trata de una técnica congnitvo-conductual que consiste en detener los pensamientos negativos que nos generan malestar emocional, para sustituirlos por otros mejores y más adaptativos.
Por ejemplo, supongamos que durante una reunión de trabajo el gerente pregunta el total de ventas del mes. Un empleado levanta la mano y responde erróneamente. Entonces piensa “siempre me equivoco, no sirvo para este empleo, los demás hablarán de mi”… Estos pensamientos no son motivantes y le generarán un estrés agudo cada vez que se encuentre en una situación similar, por lo que probablemente no desee volver a participar en reuniones.
Sin embargo, la técnica de “parar y pensar” le ayudará a autocontrolarse para eliminar estos pensamientos negativos que no lo llevarán a ninguna parte. En cambio, podrá aprender de la experiencia y estará más preparado a la próxima.
Para ello, es necesario:
- Identificar las emociones negativas y verbalizarlas.
- Elegir un estímulo que rompa con estos pensamientos (ej. una palmadita, un chasquido de dedos o pensar en la palabra “basta”).
- Una vez que hayas interrumpido el pensamiento negativo, cambia de actividad y realiza algo diferente para que el pensamiento no vuelva.
- Intenta contrarrestar el pensamiento negativo con uno positivo. Siguiendo el ejemplo anterior, el empleado podría pensar en cambio “todo mundo se equivoca, estoy en esta reunión porque puedo aportar a la empresa, estaré mejor preparado la próxima vez”.
Entrenamiento cognitivo en la ciencia
La técnica ha resultado tan efectiva que una investigación reciente reveló que el entrenamiento cognitivo “parar y pensar” resultó ser prometedor para la regulación de las emociones entre pacientes con depresión mayor.
El estudio contó con la participación de 60 personas de entre 18 y 60 años que habían recibido un diagnóstico de trastorno depresivo mayor, leve o moderado, y reportaron disfunción ejecutiva en la vida cotidiana.
La mitad de los participantes fueron asignados aleatoriamente para completar una capacitación en gestión de objetivos, que incluía ejercicios para facilitar la planificación, organización y seguimiento de un objetivo, así como la técnica “parar y pensar”.
Mientras que a la otra mitad se les asignó un entrenamiento cognitivo computarizado completo, que incluía tareas intensivas de aprendizaje procedimental diseñadas para mejorar las funciones cognitivas básicas, como la atención, la memoria y la velocidad de procesamiento.
¿El resultado? Los investigadores observaron que ambos grupos redujeron significativamente los pensamientos melancólicos después del entrenamiento cognitivo.
La no aceptación de las respuestas emocionales(un aspecto de la regulación emocional) también mejoró con el tiempo para ambos grupos. Pero solo la intervención para la consecución de objetivos (“parar y pensar”) se asoció con mayor claridad de las respuestas emocionales, es decir, la medida en que las personas pueden identificar las emociones que están experimentando.
Abordar las disfunciones cognitivas puede ayudar a los pacientes con depresión a lograr un mayor beneficio de los tratamientos cognitivamente exigentes, como la terapia cognitiva conductual, señalaron los autores.
El equipo notó que las mejoras en la claridad emocional aún se observaban 6 meses después de que concluyó la intervención.
“La aplicación de la estrategia metacognitiva de ‘parar y pensar’, además de practicar técnicas de atención plena y el seguimiento del rendimiento en situaciones de la vida real, son aspectos centrales del entrenamiento para el manejo de objetivos. Estos elementos parecen haber sido vitales para efectuar los cambios a largo plazo autoinformados en la regulación emocional observados después de su implementación”, explicaron.
No obstante, futuras investigaciones deberán incluir un grupo de control que no reciba una intervención para validar los resultados.
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