Universia
Nos pasamos el día comunicándonos con nuestro entorno personal y laboral. Una llamada telefónica, un WhatsApp, una videollamada o una reunión de negocios son unos pocos ejemplos. La comunicación interpersonal es vital para nosotros, así que conviene que pongas atención para descubrir todos sus secretos.
Estas en una entrevista de trabajo a través de videoconferencia y no miras a cámara mientras te habla tu interlocutor; te cruzas de brazos mientras escuchas una propuesta económica o unas condiciones para tu futuro puesto de trabajo; interrumpes, sin querer, al reclutador.
Todo eso son errores graves en la comunicación interpersonal que te pueden poner en un aprieto en un proceso de selección. Y es así porque estás mostrando poco interés, una postura defensiva y poco respeto por lo que tenga que decir el otro, respectivamente.
La comunicación interpersonal no es otra cosa que nuestra forma de comunicar sentimientos, ideas e información con otras personas, tanto con las palabras como con nuestra expresión corporal. Tenemos que recalcar antes de nada que, muchas veces, la expresión corporal (llamada lenguaje no verbal) tiene más peso en la comunicación que el lenguaje verbal.
En otras palabras, puedes estar traicionando tus palabras con un gesto. ¡Así de sencillo!
Mantener el cuerpo y la mente de acuerdo para mejorar en tu comunicación interpersonal
Las habilidades comunicativas las tenemos todos en mayor o menor medida. Desarrollamos más unas que otras a lo largo de nuestra vida, pero todas, sin excepción, se pueden entrenar y mejorar.
¿Cómo puedes entrenarlas? Aunque te pueda parecer complicado, no lo es. Puedes grabarte y luego analizar tus gestos, tus muletillas, las frases redundantes y todos los detalles que deberías tener en cuenta para mejorar tu comunicación. Pero aún hay más. Veamos las claves para mejorar esa comunicación interpersonal que te puede ayudar a conseguir un buen puesto de trabajo.
Saber escuchar (¡con el cuerpo y la mente!). La buena escucha es una de las habilidades más importantes en la comunicación interpersonal. Cuando nos concentramos en escuchar a quien está delante de nosotros estamos ofreciéndole apoyo y, además, reafirmamos que entendemos su mensaje. Para escuchar bien, no sólo utilizamos el oído, sino que dirigiremos nuestro cuerpo y los ojos hacia quien nos está hablando. Esa es la parte de lenguaje no verbal que validará nuestro interés. Por supuesto, mirar el móvil mientras nos están hablando es un «NO» de manual.
Nunca hagas juicios de valor anticipados. Esto significa que no debes hacerte una idea acerca de la otra persona sin conocerla primero. De manera inconsciente, podemos tener prejuicios contra una persona por su apariencia física, su acento… Es algo que sucede a muchas personas por diferentes motivos, pero se puede solucionar. Basta con que te esfuerces en no sacar conclusiones precipitadas y que te centres exclusivamente en el mensaje, y no en el mensajero.
No te sientas incómodo al dar una opinión o al hablar con los demás. Eso es lo que se conoce como asertividad, y es una gran virtud. No debes confundir ser asertivo con ser agresivo, es decir, no se trata de imponer tus creencias u opiniones, sino más bien comunicar a los demás quién eres, qué haces o qué esperas de una relación/conversación.
Ponte en el lugar del otro. Esto es la empatía, la capacidad de entender las motivaciones de la otra persona. Es tan importante para ti como candidato como para un reclutador. La empatía ayuda a mejorar la confianza propia y en la otra persona, así que es todo un must que debes tener muy en cuenta.
¡Controla tu cuerpo! Seguro que has oído alguna vez que cuando alguien no dice la verdad tiende a mirar hacia arriba y hacia la izquierda; o que si alguien mira hacia abajo y a la derecha es que no recuerda algo, o que no está seguro de si está en lo cierto, o no. El control del cuerpo es vital, así que deberías conocer muy bien cómo empleas tu tono de voz, las expresiones faciales, los gestos que hagas con las manos o con los hombros, los brazos, la posición de los pies… De ahí que, anteriormente, te recomendemos que te grabes para aprender.
Además de estas recomendaciones, no podemos dejar de comentar las cosas que debes evitar cuando tengas una conversación. Por ejemplo, el exceso de afectividad, que en un terreno personal puede ser totalmente recomendable, pero en una entrevista de trabajo puede quedar un poco creepy. El espacio personal de la otra persona es una barrera que no quieres traspasar.
Por otro lado, el ruido incomoda. Ya sea porque estás en una videoconferencia y por tu micro sale mucho ruido ambiente (imagina, estás en tu habitación con la ventana abierta, y da a la calle más transitada de tu ciudad), o el ruido que hagas tú sin darte cuenta (por ejemplo, tamborileando la mesa con los dedos). Evítalo a toda costa.
Comunicar cualquier mensaje con emotividad desproporcionada puede hacer que no se entienda. Sobre todo, si es un mensaje con connotaciones negativas. La emotividad se contagia, y tu interlocutor puede desconectar del mensaje cuando las emociones toman el control.
¿Un último consejo? Sé sincero, ve preparado y sonríe.
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