Por: Sonia Heras Gastélum
Considero de suma importancia superar los tabúes y aumentar la sensibilidad de la sociedad para que los países avancen en la prevención del suicidio.
Lamentablemente, la prevención del suicidio no se ha abordado debidamente por el estigma que aún existe en torno a esta problemática. Esto dificulta hablar sobre el tema abiertamente, convirtiéndolo en un tema tabú.
La estigmatización, sobre todo la que se crea en torno a los trastornos mentales y el suicidio, impide a muchas personas a pedir ayuda, lo que sin duda es vital para la superación del problema.
El impacto del suicidio en el mundo
Cada año se suicidan cerca de 700 000 personas. Actualmente, el suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 25 años.
La mayoría de los intentos de suicidio no terminan en muerte, estos intentos se llevan a cabo de una manera en la que el rescate es posible. Contrario a lo que algunos piensan, los intentos de suicidio no son para llamar la atención: es una llamada de auxilio.
De manera alarmante, los factores de riesgo asociados al suicidio, como la perdida laboral, el trauma, el abuso, trastornos mentales, el abuso de substancias y las barreras para acceder a atención medica se han ampliado aún más debido a la pandemia por Covid-19.
¿Qué hacer ante el suicidio?
Puede parecer que tus problemas no tienen solución y que el suicidio es la única alternativa para ponerle fin a tu sufrimiento. Sin embargo, existen medidas que puedes tomar para mantenerte a salvo y volver a disfrutar la vida.
Los signos de advertencia no siempre son obvios; pueden variar de persona a persona. Algunos dejan claras sus intenciones, mientras que otros guardan en secreto sus pensamientos y sus ideas suicidas.
Algunas intervenciones de eficacia demostrada que se basan en la evidencia son:
- Eliminar el estigma y abordar el tema
- Restringir los medios utilizados, como plaguicidas, armas de fuego y ciertos medicamentos.
- Desarrollar en los adolescentes aptitudes socioemocionales para la vida.
- Educar a los medios de comunicación para que informen con responsabilidad sobre el suicidio.
- Detectar a tiempo, evaluar y tratar a las personas que muestren conductas suicidas, y darles seguimiento.
Algunos de los síntomas que podrían advertir sobre el suicidio son:
- Aislamiento.
- Se habla sobre el tema con comentarios como “desearía estar muerto” u “ojalá no hubiera nacido”.
- Aumento del consumo de alcohol y drogas.
- Despedida de personas como si fuera la última vez que las ven.
- Sentirse atrapado o sin esperanza.
- Alteración en los hábitos alimenticios o sueño.
Rompamos con los mitos
Muchas personas creen que, al hablar con sus hijos o seres queridos sobre el tema, podrían ‘meterles’ en la cabeza ideas erróneas. Incluso, algunos creen que cuando alguien dice de manera abierta que está considerando quitarse la vida, lo está haciendo “para llamar la atención”.
Si esta llamada de auxilio es ignorada, las probabilidades de que se autolesione o intente quitarse la vida se elevan.
Es importante catalogar estas señales de advertencia como graves ya que, por lo general, las personas que están pasando por este tipo de situaciones pueden estar gravemente deprimidas, deseando estar muertas o pensando en suicidarse.
Algunas escuelas abordan el tema del suicidio llamando a un psicólogo para que ayude a los estudiantes a tratar de comprender y afrontar esta problemática.
De acuerdo con Beyond Blue -institución de bienestar en Australia -abordar el tema puede devolver esperanza a las personas con pensamientos suicidas.
¿Cómo superar el suicidio de un ser querido?
Después del suicidio de un ser querido, es posible que sientas que no puedes seguir adelante o que no volverás a disfrutar la vida de la misma manera. Te preguntaras por qué ocurrió, y recordarlo puede desencadenar sentimientos de dolor que pueden permanecer en ti durante años.
Pero con el paso del tiempo, la cruda realidad del duelo se disipará.
Comprender el complicado legado del suicidio y cómo hacer frente a un sufrimiento palpable te puede ayudar a sanar, sin dejar de honrar la memoria de tu ser querido.
Hace un año, el suicidio cobró la vida de una persona muy especial para mí. Cuando me llamaron para darme la noticia no pude hablar, no pude expresar nada. Sentía rabia y culpa. No supe cómo lo hizo, pero imaginé cosas horribles. Hasta la fecha esas imágenes creadas en mi cabeza siguen rondándome.
Este es el inicio del trauma, cuando te dan la noticia de que alguien que amas acabo con su vida.
No existe una manera de evitar que una noticia de tal magnitud impresione a quien la reciba, pero informar con empatía y cautela puede amortiguar un poco el golpe.
Tenemos que hablar de este tema, pero desde la compasión y no del juicio.
Uno de los motivos por el cual los familiares tienden a esconder la verdad del suceso es porque aún vivimos en una sociedad que estigmatiza el suicidio. Como si el dolor que se siente no fuera suficiente, algunos todavía juzguen y condenen a las personas del exterior. Por ello, se genera un sentimiento de culpa y de vergüenza en quienes atraviesan esta tragedia.
Necesitamos crear más espacios seguros para que estas personas compartan su dolor y comiencen el camino hacia su recuperación emocional. ¿Por qué? Porque nombrar en voz alta la más profunda de nuestras penas puede salvarnos la vida.
La persona que termina con su vida realmente no quería morir. Quería que el inmenso dolor que sentía se detuviera.
Los pensamientos suicidas no desaparecen por si solos, busca ayuda. Si te abruman los pensamientos de querer acabar con tu vida busca ayuda AHORA MISMO.
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