Por Muy Interesante
Imagen / Pexels / Tara Winstead
La inteligencia artificial está suscitando sentimientos encontrados en la sociedad. Hay quien la ve con buenos ojos, como una herramienta que puede ayudarle a hacer su trabajo de forma más eficaz, ocupándose de tareas que pueden ser más repetitivas o pesadas. Otros, sin embargo, la consideran una amenaza que, el día menos pensado, le arrebatará el trabajo.
Conocedores de este panorama, hace poco OpenAI, responsable de ChatGPT y GPT-4 publicó un estudio en el que analizaba el impacto que podrían tener sus modelos lingüísticos en el mercado laboral. El estudio se ceñía a Estados Unidos pero los resultados podrían ser pronto extrapolables al resto del mundo.
“Nuestros resultados revelan que alrededor del 80 % de la mano de obra estadounidense podría ver afectado al menos el 10 % de sus tareas laborales por la introducción de los LLM (grandes modelos lingüísticos)”, decían los autores en su estudio.
En el informe se decía, además, que un 19 % de los empleados vería cómo la IA afectaría por lo menos a la mitad de sus tareas. Los más afectados serían los empleos con sueldos más altos. Los menos, los trabajos más físicos.
Además, existen determinadas habilidades humanas que, al menos, por el momento, no las tiene la IA. En estas destrezas, la inteligencia artificial no puede sustituir a las personas. Es más, hay personas que ni las tienen.
Estas habilidades implican llevar a cabo un razonamiento y se desarrollan con la observación, la reflexión y la interacción con los demás y el ambiente que nos rodea.
1. Creatividad
Es cierto que la inteligencia artificial puede crear cosas nuevas en base a la cantidad ingente de información que es capaz de procesar, pero no puede soñar ni imaginar algo que todavía no existe porque, a diferencia de los humanos, no puede soñar.
Inteligencias artificiales como Midjourney, Dall-E o Stable Diffusion pueden generar imágenes inéditas, pero no las crean desde cero, no son fruto de la creatividad sino de elementos que crearon previamente personas.
2. Empatía e inteligencia emocional
Por el momento, la inteligencia artificial no tiene sentimientos ni se puede poner en la piel del otro para comprenderlo mejor.
3. Pensamiento crítico
El pensamiento crítico es la habilidad humana que nos permite analizar y evaluar la información que existe en torno a un tema concreto, para tratar de esclarecer si la información es veraz, ignorando sesgos externos. La IA no es capaz de discernir si una información es veraz o no, pues depende de su fuente, que puede tener algún interés oculto o no.
Por esta razón, algunas personas temen que la IA ayude a propagar noticias falsas y propaganda.
4. Comunicación interpersonal
La comunicación interpersonal implica intercambiar sentimientos e información a través de mensajes que pueden ser verbales y no verbales. También supone tener una actitud predispuesta o interés en la comunicación, respetar al interlocutor, conocer el lenguaje corporal de quien tenemos enfrente, responder de manera adecuada y con relación al tema que se está tratando, mostrar respeto por el otro…
5. Tomar decisiones complejas
Una cosa es procesar rápidamente gran cantidad de datos, algo en lo que la IA nos supera de lejos, y otra tomar una decisión teniendo en cuenta también factores no cuantificables como pueden ser la moral, las relaciones humanas o la felicidad. Eso no lo puede hacer un robot. La IA puede tomar una decisión teniendo en cuenta solo datos objetivos.
6. Capacidad de liderazgo
Jefes hay muchos, pero no todos son buenos. De hecho, ser un buen jefe es bastante complicado. El buen jefe tiene que liderar un equipo y saber motivarlo para llegar a los objetivos planteados.
Para ello, debe saber en qué momento tiene que ser más exigente con sus subalternos y en cuáles más permisivo. Claramente, esta tarea, que ya es complicada para los humanos no la puede llevar a cabo un robot.
7. Trabajo en equipo
Trabajar en equipo puede no ser fácil en determinadas circunstancias y para algunas personas. En muchas ofertas de trabajo es un requisito y la IA no es capaz de esto.
8. Conciencia moral
La conciencia moral es eso que nos impulsa a obrar de una manera u otra y que nos dice si hemos actuado mal o bien teniendo en cuenta lo bueno y lo malo, moral o inmoral. No todas las personas compartimos los mismos valores éticos, esas guías que nos dicen cómo actuar, pero solo nosotros podemos abordar un problema de índole moral.
9. Adaptación al cambio
Aunque muchas veces nos cuesta, lo cierto es que, si tenemos que ser flexibles y adaptarnos a un cambio, finalmente lo hacemos. Una máquina aún no es capaz de reprogramarse a sí misma para adaptarse a un cambio.
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