La ingeniería aeroespacial es una disciplina que ha experimentado un fuerte desarrollo en los últimos años, gracias a la vuelta de las inversiones en exploración espacial. Empresas privadas como las de Elon Musk, Jeff Bezos o Richard Branson se sumaron a las compañías nacionales de muchos países que cada vez más invierten en este ámbito. Los datos avalan la apuesta de estos emprendedores: solo en Europa, y según un informe de Mordor Intelligence, se prevé que el crecimiento interanual hasta 2025 alcance el 2,4%.

La aeroespacial comparte con el resto de ingenierías una gran demanda de profesionales por parte de las empresas, que necesitan especialistas capaces de dar solución a necesidades surgidas en ámbitos muy diversos. En concreto, la labor de los ingenieros aeroespaciales comenzó centrándose en el desarrollo de vehículos capaces de transportar humanos al espacio. Sin embargo, en los últimos años, las compañías requieren sus conocimientos también para la puesta en marcha de tecnologías avanzadas en el transporte aéreo civil con un objetivo muy específico: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la eficiencia de los vuelos.


Tecnologías innovadoras en la ingeniería aeroespacial

En este contexto, la Unión Europea ha lanzado el programa Clean Aviation, cuyo objetivo es desarrollar tecnologías innovadoras para una aviación sostenible. Los proyectos actuales incluyen el diseño de aviones híbridos eléctricos y de hidrógeno, el uso de materiales ligeros y resistentes para reducir el peso de las aeronaves y la creación de sistemas avanzados de control del tráfico aéreo. En esencia, la ingeniería aeroespacial está llamada a jugar un papel fundamental en el futuro del transporte.

De hecho, esta disciplina es una rama de la ingeniería industrial que se ocupa del diseño y construcción de vehículos y productos aeronáuticos capaces de volar dentro o fuera de la atmósfera terrestre. Entre ellos se incluyen aviones (tanto comerciales como militares), helicópteros, misiles, cohetes, naves espaciales y drones. Al ser estructuras muy complejas, deben diseñarse teniendo en cuenta diversos principios relacionados con la física, la mecánica, el electromagnetismo y otras disciplinas que el ingeniero aeroespacial debe conocer a la perfección.
Este profesional también puede decidir especializarse en un producto específico o centrarse principalmente en el desarrollo de determinadas tecnologías e instrumentos como, por ejemplo, los relacionados con la navegación y el control, la comunicación o, más en general, con los sistemas de a bordo.

En este sentido, la ingeniería aeroespacial ofrece una gran variedad de oportunidades laborales, que van desde el diseño de satélites, naves espaciales y vehículos de lanzamiento hasta trabajar en tecnologías de vanguardia que podrían revolucionar la industria del transporte. Es un campo en constante evolución y las organizaciones que ofrecen mayores oportunidades laborales son agencias espaciales, centros de investigación, empresas del sector aeroespacial y aerolíneas.

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Las tareas del ingeniero aeroespacial

El ingeniero aeroespacial no se limita a diseñar vehículos, sino que sigue de cerca todas las fases necesarias para transformar el proyecto en un producto terminado. En concreto, entre las tareas que realiza esta figura podemos encontrar:

- Realizar estudios de viabilidad técnica y financiera de los proyectos que emprende o se le encomiendan.

- Elaborar proyectos utilizando software específicos para dibujo técnico.

- Construir y ensayar con prototipos para recopilar datos, realizar correcciones y verificar el cumplimiento de las características y requisitos establecidos.

- Asegurar que los sistemas construidos cumplan con los estándares esperados en cuanto a los productos y materiales utilizados.

- Elaborar planes de mantenimiento periódico.

- Resolver cualquier problema y mal funcionamiento de los productos/sistemas.

- Redactar la documentación y manuales técnicos relativos a los proyectos y productos construidos.
 

Una actividad de considerable importancia para el ingeniero aeroespacial son los proyectos de investigación y desarrollo en los que suele participar esta figura junto con otros ingenieros y técnicos del mismo sector. Mejorar las prestaciones de los aviones, modernizar los motores para aumentar la velocidad, introducir nuevas tecnologías y materiales innovadores para una mayor seguridad en vuelo -reduciendo también el impacto medioambiental- son sólo algunos de los objetivos que persigue la ingeniería aeroespacial.


Las habilidades del ingeniero aeroespacial

Está claro que para desempeñar esta profesión es imprescindible contar con sólidos conocimientos en el ámbito científico. Además, la licenciatura en ingeniería aeroespacial se caracteriza por profundizar en nociones de aerodinámica, propulsión, aviónica y, en general, tecnologías relacionadas con la aeronáutica.

Cabe destacar que es una disciplina en rápida evolución, con nuevas tecnologías e ideas que surgen constantemente. Por tanto, muchos ingenieros aeroespaciales adquieren certificaciones adicionales con el objetivo de desarrollar habilidades específicas en áreas como diseño de motores, diseño estructural, naves espaciales y análisis de datos.

Entre las habilidades duras y blandas generalmente requeridas de un ingeniero aeroespacial destacan:

- Capacidad para diseñar y utilizar software CAD.

- Conocimiento de la normativa de las distintas autoridades nacionales y supranacionales en materia de regulación, certificación y supervisión en el sector aeronáutico.

- Capacidad para desarrollar soluciones innovadoras para resolver los problemas técnicos encontrados.

- Capacidad de análisis.

- Habilidades organizativas y comunicativas.
 

Finalmente, los avances tecnológicos están impulsando el crecimiento de la ingeniería aeroespacial mediante la creación de nuevas áreas de especialización. Por ejemplo, la fabricación aditiva (también conocida como impresión 3D) está adquiriendo cada vez más importancia en la industria porque permite diseñar geometrías complejas que antes eran imposibles de producir con los métodos de fabricación tradicionales. Otras tecnologías emergentes incluyen la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático y la realidad virtual (RV), que tienen el potencial de transformar la forma en que se aborda la resolución de problemas.

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