Todos podemos ser víctimas del estrés: desde un empresario que atiende temas relacionados con sus negocios casi las 24 horas, profesionistas, empleados, estudiantes y amas de casa.
Cuando tenemos una vida tan agitada, es casi imposible no tener la mente dispersa.
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La falta de enfoque no solo influye de manera negativa en tu productividad y calidad de tu trabajo, sino que también afecta tu bienestar físico y psicológico: produce estrés y te impide aprovechar al máximo tu inteligencia.
¿Cómo puedes recuperar la concentración? Durante años, psicólogos y expertos de la salud han probado técnicas para mantener el enfoque en nuestros objetivos a pesar del estrés. Estas son algunas de ellas:
1. Haz una cosa a la vez
La multitarea o ‘multitasking‘ es cosa del pasado. Hacer varias cosas a la vez no te convierte en una persona altamente eficiente y productiva, sino al contrario, dispersa tu mente, te estresa y te impide desempeñarte al máximo. Para comenzar a practicar, haz una lista de las cosas que debes hacer durante el día; incluye tareas tanto sencillas como difíciles. Ordena la lista de acuerdo con tu agenda del día y asegúrate de no comenzar a hacer una tarea antes de terminar la anterior.
2. Mantente alejado de las distracciones
En muchas ocasiones, principalmente cuando trabajas en entornos ruidosos, aislarnos puede ser muy útil. Cuando necesites concentrarte, deja tu teléfono celular, colócate unos audífonos y escucha música relajante. Además, evita tener una televisión cerca cuando estés realizando una tarea importante.
3. Toma descansos
Cuando se tienen tantos deberes por hacer, puede que descansar no sea una de tus prioridades. Sin embargo, contrario a lo que parece, tomar descansos te ayuda a mantener la concentración y mantener el flujo de creatividad. Por ejemplo, cada hora, levántate de tu lugar y camina un poco, haz estiramientos, tómate un café o un té, platica con alguien o simplemente respira profundamente. Sé breve pero constante. Pronto te darás cuenta que retomarás tus tareas con más energía y entusiasmo.
4. Medita
Como resultado de nuestras ocupadas vidas, nuestras mentes están constantemente dispersas en cientos de direcciones. Al meditar, aprendemos a controlar el flujo de energía en nuestro cuerpo y podemos enfocarla para lograr nuestros objetivos. Una manera fácil de comenzar es buscar un lugar tranquilo y sentarte para después cerrar los ojos y relajarte; concéntrate en tu respiración y siente como la tensión desaparece. Después, puedes tratar de recrear en tu mente algún paisaje, entorno o escenario que hayas visto; hazlo desde todos los ángulos posibles y visualiza cada una de sus características.
5. Haz lo más importante primero
Dejar lo más importante para el final es un hábito terrible: al final del día te cansas más, te sientes menos creativo y tienes todo el tiempo encima. Intenta comenzar tu día laboral realizando las tareas que requieran una gran carga de concentración.
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