En 1997, Tom Peters, gurú estadounidense del marketing y CEO de FastCompany, publicó un artículo titulado ‘The Brand Called You’, en el que escribió: “Mi reputación y credibilidad dependen de la eficacia con la que pueda comunicar mi experiencia y distinguirme de los demás, determinando así la calidad de mi futuro trabajo". Estaba definiendo el concepto de marca personal.
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¿Qué es la marca personal?
Del inglés 'personal branding', hacer marca personal significa promoverse a uno mismo. Es un conjunto de actividades y estrategias basadas en la capacidad de utilizar técnicas de marketing para promocionar eficazmente la propia imagen profesional. Básicamente, sirve para definir la reputación de una empresa o de un profesional a través de sus actividades.
La idea es la misma que se utiliza para la promoción de marcas y productos: posicionarse en un mercado y comunicar los valores diferenciales. Por supuesto, con la enorme difusión de la digitalización y, en especial, de las redes sociales, internet se ha convertido en una herramienta fundamental para construir una marca personal.
Del estudio Work Trends Study, realizado por Adecco, se desprende que los reclutadores buscan en la red información sobre la reputación digital de los candidatos. Es decir, evalúan cómo aparece su marca personal en las distintas redes sociales. En base a la información adquirida, el 44,1 % de los reclutadores admite haber descartado un perfil por una reputación online no adecuada.
Estos son los factores determinantes en el proceso de selección de personal basado en la imagen digital:
- Información incoherente con el CV;
- Rasgos de personalidad problemáticos emergentes;
- Contenido discriminatorio;
- Network escaso y perfil mal actualizado;
- Comentarios negativos sobre los empleadores.
Por otro lado, los datos destacan la creciente inclinación de los consumidores hacia decisiones de compra que cada vez se basan más en las opiniones de otros usuarios encontradas en redes. Por ello, es fundamental que las empresas y los profesionales planifiquen una estrategia de marca personal reconocible y bien valorada para obtener resultados concretos.
¿Para quién es útil?
La marca personal puede ser de ayuda para muchas categorías. Un recién graduado, por ejemplo, puede comunicar y vender sus habilidades y conocimientos en el mundo laboral y obtener contactos interesantes. Por su parte, el gerente de una empresa que quiere lanzar su negocio en internet puede aprovechar la marca personal a la hora de dar el salto a nuevos proyectos.
La mayoría de los freelancers necesitan trabajar la marca personal para posicionarse y darse a conocer, tanto ellos como sus servicios. De hecho, es algo indispensable para los autónomos que, aunque lleven años activos en el mundo laboral, deben permanecer visibles, ampliando su red de contactos y clientes. En esencia, la marca personal es necesaria para cualquiera que tenga algún servicio interesante que ofrecer.
Las ventajas de cuidar la marca personal son muchas, entre ellas:
- promocionarse subrayando las fortalezas, ganando así la atención y la estima de las personas a las que se quiere llegar;
- ser localizables y visibles;
- ampliar y explotar la red de contacto;
- generar confianza, transmitiendo seriedad y credibilidad con contenidos útiles y eficaces;
- alcanzar metas profesionales más fácilmente.
Para implementar cualquier estrategia de marca personal, ganar autoridad y construir una reputación, es importante ser conscientes de uno mismo: saber quiénes somos. En segundo lugar, es crucial comprender lo que comunicamos sobre nosotros a los demás. Las estrategias de marca personal se diseñan identificando y destacando los puntos fuertes y, en este sentido, se deben identificar características exclusivas que diferencien nuestras actividades de los posibles competidores.
Cómo desarrollar una marca personal
Para idear un plan de acción y una estrategia de autobranding, es necesario analizar cuáles pueden ser las necesidades del público objetivo. Hay que recordar que los usuarios y potenciales clientes, antes de realizar un proceso de compra o de confiar en un profesional, realizan búsquedas para encontrar información detallada y cualificada. Por ello, se deben desarrollar técnicas de comunicación y marketing adaptadas al target. Una cosa es presentarse como organizador de eventos y otra como programador informático.
En un mercado donde todo parece ser igual, las preguntas a responder para resaltar la singularidad de cada uno son estas:
- ¿Qué podemos hacer?
- ¿Cómo lo hacemos?
- ¿En qué nos diferenciamos de nuestros competidores?
- ¿Qué ventajas ofrecemos a nuestros contactos?
- ¿Por qué nuestro precio es el correcto?
Los tres pilares de la marca personal se pueden identificar en competencia, autoridad y red.
Es necesario ser reconocidos como profesionales competentes en un área determinada y poder comunicarlo a los demás de manera eficaz y con contenido de valor. Además de la imagen, hay que entender que sigue siendo prevalente la sustancia. En este sentido, las referencias positivas de antiguos clientes son un elemento de primera importancia.
Luego se debe tener autoridad en el ámbito de acción elegido, de esta manera la gente confiará incluso si no puede comprobar las habilidades reales. Crear autoridad pasa también por la coherencia entre la imagen pública que se propone y las cualidades profesionales que se quieren comunicar.
Finalmente, en cuanto a la red, es necesario crear un network de profesionales con los que colaborar y crecer. Especialmente para los autónomos, las oportunidades laborales surgen y se multiplican sobre todo gracias a los contactos, que deben cultivarse y ampliarse constantemente.
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