Por Orientación para el Empleo
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Comencemos por diferenciar Propósito de Objetivo
Propósito: ánimo o intención de hacer algo. Objeto o cosa que se pretende conseguir.
Objetivo: Objeto o situación que se pretende alcanzar como resultado de una acción o estrategia.
Como vemos son términos que se parecen pero son totalmente distintos; uno se queda en el deseo de obtener un beneficio o mejora en el futuro; el otro añade la acción, la estrategia como parte ineludible para alcanzar ese deseo.
Nuestro primer error al comenzar el año es que hablamos de propósitos de año nuevo, cuando lo qué debemos es plantearnos objetivos.
Es muy humano el espíritu de mejora, de evolución, conseguir grandes retos buscado una vida mejor. También, es muy humana, la tendencia a usar los periodos que nos indican el comienzo de una nueva etapa para platearnos estos cambios; nuestro cerebro da por cerradas unas etapas para dar otras oportunidades a los deseos y expectativas que nos gustaría alcanzar.
Neurológicamente el cerebro está dividido en distintas partes con misiones diferentes y complejas. Para simplificar podríamos decir que tenemos un cerebro inconsciente, responsable de las funciones vitales (como regular niveles de glucosa, presión sanguínea etc.), y otros procesos mentales inconscientes y además garantiza la supervivencia, este cerebro reacciona con precaución al cambio porque supone un posible riesgo Sin embargo, nuestro cerebro consciente, y lógico, piensa en estos términos: “Seria buenísimo para mi alcanzar este objetivo, mejoraría mi vida, será complicado pero con esfuerzo lo conseguiré”. En un momento inicial ambas partes están de acuerdo en las ventajas y en la mejora que implica, pero a la hora de poner en marcha el plan, el cerebro antiguo prefiere la comodidad de lo conocido, salir de la zona de confort (zona segura) supone incertidumbre y, por lo tanto, un riesgo.
¿Qué podemos hacer para luchar contra nosotros mismos? ¿Cómo conseguir nuestros objetivos, también nuestros objetivos profesionales?
Luchar contra nosotros mismos no es sencillo. Nuestro cerebro inconsciente trabaja a todas horas para garantizar nuestra supervivencia, nos bombardea con miles de razones con los qué justificarnos (a nosotros mismos y ante los demás) para no seguir el plan definido hacia nuestro objetivo. Esto son las excusas. ¿Cuántas veces has dejado de ir al gimnasio o a correr porque estaba lloviendo?
Así que no te desanimes, no te rindas nunca, inténtalo una y otra vez.
Para trabajar la voluntad: vamos a ir marcándonos metas pequeñas, realizables, que sirvan de empoderamiento, motivación, para afianzar tú voluntad hacia tus objetivos. Y vamos a dedicar un tiempo a planificar y otro a actuar, ¿qué conseguimos con esto? conseguimos separar pensamiento de acción. Primero vamos a pensar y diseñar un plan de acciones para después llegado el momento centrarnos en ejecutar, no tendremos que evaluar, ni sopesar opciones sólo seguir el planning, de esta forma evitamos un dialogo interno del tipo: “ahora tendría que hacer esto o lo otro pero Uff que pereza, por donde empiezo, hoy no tengo un buen día, estoy cansado …” y un largo etc. Sin embargo si no tienes que pensar y sólo hacer lo que ya has planificado minimizaremos el riesgo de excusarnos.
Sigue estos 5 pasos para alcanzar tus objetivos:
1. Tomate un tiempo para evaluar el año anterior. Encontraremos puntos positivos y negativos. Descárgate de culpas y miedos. Deja los sentimientos negativos, sensación de fracaso, deja atrás lo que parece que no ha salido bien. Céntrate en lo bueno, lo valido: date cuenta que hiciste muchas cosas, busca una palabra o una frase positiva que resuma el año y lo que conseguiste.
2. Comencemos por escribir nuestra fortaleza, esa frase motivadora que resuma de forma empoderante el 2013.
3. Pon por escrito tus objetivos. Escribir los objetivos nos va a servir para interiorizarlos y comprometernos con nosotros mismos.
Pensemos a lo grande, y marquémonos objetivos ilusionantes. Para no perdernos vamos a poner el foco en unos pocos pero importantes. Decide dónde vas a poner tus energías.
Para comenzar (la primera semana) define una pequeña meta hacia tú objetivo, algo estimulante pero realizable, esto te permitirá ir ganando confianza para afrontar con mayor seguridad tus objetivos.
Nuestros objetivos tienen que estar alineados con nuestra misión en la vida y con nuestros valores.
4. Hazte estas preguntas y escríbelo:
¿Qué quiero conseguir? Esta pregunta te pone en la realidad del objetivo. ¿Voy a ser más feliz, voy a ser mejor, me da más libertad, me voy a querer más?
¿Cómo lo voy a conseguir? te amplia el paradigma. Qué recursos tienes, cuales tienes que buscar, qué necesitas, qué tienes que sacrificar. Introducir cambios y mejoras no es gratis, tiempo que dedicabas a otros aspectos ahora tendrás que emplearlo en conseguir tus objetivos. Evalúa el precio y si estás dispuesto a pagarlo.
¿Para que quieres conseguir ese objetivo? qué utilidad tiene, cómo mejorará tú vida. Si sólo es útil para ti, quizás tengas que plantearte otro, porque la finalidad de un objetivo debe ir encaminado también a tu entorno o sociedad en la que estas. Vocación de servicio.
¿Cómo voy a medir el resultado? un objetivo debe poder medirse. Es muy importante qué sepas como vas a evaluar el grado de cumplimiento del objetivo. Ej.: si te has planteado como objetivo mejorar tú salud y salir a correr o andar forma parte de la estrategia, debes definir cuántos días a la semana y durante cuánto tiempo lo harás.
5. Planifica y marcarte fechas:
Desglosa tus objetivos, en tareas o acciones diarias (semanales o mensuales en función de tu objetivo). Prepara con antelación un calendario (incluso un horario) de ejecución de Acciones. Si has puesto un nivel de exigencia muy alto o bajo, puedes ir regulándolo sobre la marcha.
Márcate fechas de seguimiento. Esto te permitirá saber cómo has avanzado, te permitirá corregir acciones, reevaluar tus objetivos o redefinir tú estrategia. Siguiendo el ejemplo anterior, al finalizar la semana evalúa el grado de cumplimiento del objetivo: Esta semana he salido a correr 3 veces frente a las 4 que me había planteado. ¿Qué ha ocurrido? ¿Debo rebajar el grado de exigencia? ¿He utilizado escusas para justificarme? ¿Qué haré la próxima semana?
Márcate fecha de cierre del objetivo.
*Este artículo te ayudará tanto con objetivos vitales como con tus Objetivos Profesionales cuando estás buscando trabajo.
Estas preguntas pueden ayudar a orientarte con tus objetivos profesiones en la búsqueda de empleo:
¿Qué tipo de necesidades cubren mis competencias?
¿Cuál es el perfil ideal de empresa para mi objetivo?
¿Qué es lo que mejor hago?
¿Qué es lo que más me gusta hacer?
¿Cuáles son mis prioridades y valores?
¿Qué perfiles tienen mis competidores?
¿Cuáles son mis puntos fuertes?
¿Qué puntos débiles tengo con respecto a mis competidores?
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