Orientación para el Empleo
Aixa Zerpa
Cuando hablamos de adicción al trabajo imaginamos al empleado sentado por largas horas frente al ordenador, que habla y vive solo en función de su trabajo y que pareciera no “desconectarse” al llegar a casa ni los fines de semana, y menos aún durante las vacaciones. Sin embargo, estas no son todos los elementos que caracterizan a un workaholic ni tampoco la presencia de algunos de ellos determinan que seas un adicto al trabajo. De hecho, como veremos en este artículo, aun siendo adicto, en algunos casos, el compromiso y el placer por el trabajo pueden mitigar los efectos negativos del ser workaholic.
Sorprende saber que aún hoy en día, a pesar de escuchar con frecuencia la importancia del “Bienestar laboral”, “Balance vida-trabajo”, “Felicidad en el trabajo”, “Wellbeing corporativo”, “Mindfulness en el trabajo” etc., la adicción al trabajo puede verse como un requisito previo para el éxito profesional y, como consecuencia, a algunas personas les puede resultar extremadamente difícil liberarse del trabajo, incluso cuando se les da la oportunidad de hacerlo. No obstante, intentaremos en este artículo entender de qué se trata cuando hablamos de un adicto al trabajo, por qué trabajar por muchas horas no necesariamente debe ser considerado una adicción, cómo nos afecta y cómo superarla.
Adicción al trabajo ¿Qué es?
La adicción al trabajo (workaholismo) ha sido definida de diferentes maneras, sin embargo, la perspectiva común es aquella en la que se le define como una forma extrema de involucramiento en el trabajo. Sin embargo, estudios han evidenciado que la alta participación no se relaciona necesariamente con la adicción al trabajo en el sentido de que los empleados pueden estar muy comprometidos con sus trabajos y considerarlo como un elemento clave en sus vidas, pero no ser adictos (son capaces de dejar el trabajo al final de un día de ocho horas y no pensar en ello hasta volver al trabajo al día siguiente).
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Por lo tanto, la adicción al trabajo no es simplemente un caso extremo de participación en el trabajo; de hecho, en otros estudios, usar el número de horas dedicadas al trabajo ha demostrado que no es un indicador de adicción ya que puede haber muchas razones externas que expliquen que las personas se quedan largas horas en el trabajo. No obstante, sí que es cierto que los empleados que experimentan una gran participación e impulso hacia el trabajo, un bajo disfrute del mismo, estrés laboral y falta de equilibrio vida profesional y personal, tienen más probabilidades de ser adictos al trabajo que aquellos que solo experimentan un subconjunto de los síntomas.
Vayamos a los inicios del concepto para entender mejor qué es verdaderamente una adicción al trabajo.
El término fue creado por Wayne E. Oates (psicólogo y educador estadounidense) en los años setenta para describir la “necesidad incontrolable de trabajar incesantemente”, y la identificó como una adicción muy similar al alcoholismo. Oates definió a un adicto al trabajo como una “persona cuya necesidad de trabajo se ha vuelto tan excesiva que crea una perturbación o interferencia notable con su salud corporal, felicidad personal y relaciones interpersonales, y con su buen funcionamiento social”. Por lo tanto, si bien existen varias perspectivas con respecto a la adicción al trabajo, algunas de las cuales podrían sugerir una participación productiva y un disfrute del trabajo, la adicción al trabajo, al menos inicialmente, se acuñó para referirse a un proceso adictivo.
Posteriores estudios buscaron hacer una clara distinción entre la implicación en el trabajo o alta participación, y la adicción en sí misma, señalando que la primera tiene un componente actitudinal (entusiasmo, compromiso e implicación) mientras que la adicción está caracterizada por los siguientes patrones de comportamiento:
Trabajar horas en exceso de forma discrecional (dedicar más tiempos del exigido o necesario por voluntad propia al trabajo)
Pensar continuamente en el trabajo cuando no está en él (dificultad para “desconectarse” fuera del horario laboral)
Trabajar más allá de los requisitos organizacionales o económicos (inexistencia de demandas externas por trabajar más)
Falta de disfrute del trabajo.
Lo que hace más complicado el concepto es que en muchas empresas, algunos de estos patrones de comportamiento son considerados necesarios para conseguir el éxito profesional, y en consecuencia, avanzar en el desarrollo de su carrera profesional. Por ello, a muchas personas les resulta difícil distanciarse de sus trabajos pues además se refuerzan mediante premios y reconocimientos algunas de estas conductas.
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Sin embargo, aunque las horas de trabajo y la adicción al trabajo a menudo van de la mano, no todas las personas que trabajan muchas horas son adictas al trabajo, y no todos los adictos al trabajo trabajan muchas horas. A esta conclusión llegó la Prof. Nancy Rothbard en un estudio realizado en el 2018 donde además evidenció que el simple hecho de trabajar muchas horas solo no conducía a una mala salud.
De hecho, los empleados que trabajaban muchas horas pero que podían “recargarse” mentalmente durante la noche no ponían en riesgo su salud. Pero aquellos que trabajaban muchas horas y también tenían una mentalidad laboral compulsiva aumentaban significativamente su riesgo de desarrollar síndrome metabólico.
En fin, no hay acuerdo entre los investigadores sobre la definición de lo que es la adicción al trabajo; sin embargo, existen tres formas en que se aborda el tema:
La primera perspectiva es una continuación del enfoque adoptado por Oates donde la adicción al trabajo es una adicción que tiene consecuencias exclusivamente negativas para la persona afectada y su entorno
La segunda perspectiva enfatiza la opinión de que la adicción al trabajo es un comportamiento positivo, a diferencia de otras adicciones, que tienen efectos nocivos.
En la tercera perspectiva, la adicción al trabajo se considera un comportamiento “positivo” o “negativo”, según el tipo de adicto al trabajo: el compulsivo, el perfeccionista (ambos con características de los trastornos obsesivo-compulsivos) y el orientado al logro (que, a diferencia de los anteriores, son capaces de mantener cierto control sobre su comportamiento)
¿Cómo impacta en las personas la adicción al trabajo?
De acuerdo con la perspectiva que indica la adicción al trabajo como algo negativo, se habla de su impacto a nivel de estrés laboral, agotamiento, ansiedad y problemas de salud. También, los estudios señalan que las jornadas laborales extendidas provocan privación del sueño, disminución del trabajo neurocognitivo y fisiológico, débil ejecución de tareas y mayor peligro de deterioro de la salud. Por supuesto, debido a la privación del sueño y la sobrecarga de trabajo, se aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares junto con la salud mental y mayor probabilidad de depresión, ansiedad y suicidio. Incluso, se ha demostrado que el adicto al trabajo es más propensos a las adicciones secundarias, como el alcoholismo y comer en exceso.
Pero el impacto no queda solo a nivel de salud (que ya es mucho decir) sino a nivel de desempeño pues los adictos al trabajo suelen ser menos productivos que sus colegas con una actitud más sana hacia el trabajo.
La adicción al trabajo también puede afectar la vida de las personas que le rodean ya que el empleado descuida su entorno familiar (cónyuge, pareja e hijos especialmente) y social, quienes terminan sintiéndose solos y abandonados emocional y físicamente. Esta situación se revierte hacia el adicto al trabajo pues es su entorno personal un pilar fundamental en su estabilidad psicológica.
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Pasión por el trabajo o Adicción al trabajo. ¿Cuál es la diferencia?
Esta es una gran pregunta ya que de entrada asumimos que toda persona apasionada por su trabajo termina siendo un adicto al trabajo, cuando en realidad no necesariamente es así. La diferencia está en dos factores:
Compromiso: una cosa es comprometerse con el trabajo para alcanzar determinadas metas, y otra muy diferente es mostrar una conducta obsesiva y altamente preocupada por el trabajo, al punto de no poder desconectar del trabajo al llegar a casa y disfrutar de tiempos de ocio en compañía de familiares y amigos. Lo que un adicto llama “compromiso” realmente es obsesión. El que es apasionado por su trabajo sin llegar a la adicción, tiene un compromiso intrínseco más que extrínseco por el trabajo. El verdadero compromiso hacia el trabajo lleva a las personas a disponer de más recursos personales; por ejemplo, reciben apoyo de su pareja y familia, o piden ayuda a sus colegas y jefes, porque además entiende que el compromiso es de todos. El adicto, por el contrario, tiende a encerrarse en sí mismo pues piensa que solo él puede resolver el trabajo, y lucha incluso por separarse psicológicamente del trabajo, pero le resulta muy difícil, de allí su obsesión.
Placer: podría decirse que hay dos tipos de adictos, los que aman su trabajo y los que no. A los que les apasiona su trabajo (tal y como lo muestran algunos estudios), el placer en sí mismo funciona como mecanismo amortiguador del desarrollo de ciertas enfermedades, especialmente las psicosomáticas. Por tanto, si bien sentir gran satisfacción y placer por el trabajo no te aleja mucho de caer o ser un adicto a él, al menos minimiza el riesgo de que tu salud se vea afectada. Pero además, el apasionado por su trabajo, lo ama de forma integral; es decir, no solo sus funciones sino la misión de la empresa, las actividades extra que puede organizar la empresa, eventos alineados con el bienestar laboral etc., los cuales un verdadero adicto no siempre sabe disfrutar dada la obsesión por su trabajo en sí.
¿Te identificas con estos elementos, pero aún dudas si pudieras ser un adicto al trabajo o solo un apasionado por lo que haces? Revisemos algunos elementos claves que te ayudarán a reconocer un poco mejor cuál es tu situación.
¿Cómo saber si soy adicto al trabajo? Características
Es probable que, si has llegado hasta este punto en la lectura de este artículo, ya te formules la siguiente pregunta “¿Seré yo un adicto al trabajo?”
Los estudios sobre este tema han desarrollado cuestionarios para medir el nivel de adicción al trabajo. Estos cuestionarios varían unos a otros, no obstante, hemos querido mostrar la Escala de Adicción al Trabajo de Bergen, que fue diseñada usando 7 criterios básicos, donde las respuestas se ofrecen según la siguiente escala: (1) Nunca, (2) Raras veces, (3) A veces, (4) Frecuentemente, (5) Siempre.
Los ítems son los siguientes:
Piensas en cómo puedes liberar más tiempo para trabajar.
Pasas mucho más tiempo trabajando de lo previsto inicialmente.
Trabajas para reducir los sentimientos de culpa, ansiedad, impotencia y depresión.
Otras personas te han dicho que reduzcas el trabajo, pero no les prestas atención.
Te estresas si te prohíben trabajar.
Restas prioridad a los pasatiempos, las actividades de ocio y el ejercicio debido a tu trabajo.
Tu salud se ha visto afectada por el trabajo.
Responder “a menudo” o “siempre” en al menos cuatro de estas siete afirmaciones puede sugerir que tienes adicción al trabajo.
Sin embargo, toma en cuenta que solo responder un cuestionario no es determinante para hacer un diagnóstico. Muchos otros elementos deben ser tomados en cuenta. Por ejemplo:
Salud: si se ha visto afectada tu salud física como consecuencia del trabajo.
Estado emocional y psicológico: en qué aspectos y cómo se han visto afectados tu estabilidad emocional y psicológica por el trabajo. Qué tanto eres capaz de separarse “psicológicamente” del trabajo y disfrutar de momentos de ocio sin sentirte culpable.
Apoyo social: si cuentas o no con un entorno familiar y social que te ofrezca apoyo cuando lo necesites.
Cultura organizacional: si el entorno laboral premia la adicción al trabajo o por el contrario, crea espacios de bienestar que tu disfrutas o no.
A lo anterior, es importante evaluar la presencia de los dos componentes fundamentales que distinguen un adicto al trabajo de una persona que disfruta y alcanza alta satisfacción al hacer su trabajo: compromiso y placer.
Por tanto, no sientas que cuentas con todos los elementos propios de un adicto al trabajo y que por tanto todo está perdido. En lo absoluto, es quizás el momento de que evalúes tu situación laboral, busques apoyo y revises si cuentas con herramientas y estrategias para evitar la adicción y simplemente disfrutar de tu trabajo.
7 Claves para evitar la adicción al trabajo
Como hemos visto hasta ahora, los efectos de la adicción al trabajo son muy diversos, por lo que es importante estructurar una clara estrategia que permita, no solo identificar el punto en el que te encuentras, sino dar los pasos necesarios para recuperar una vida laboral satisfactoria, plena y que te del espacio para desconectar y disfrutar de momentos de entretenimiento, ocio y tiempo en familia.
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Ken Coleman es un experto en orientación de carrera y autor de 2 libros: “Paycheck to Purpose” y “The Proximity Principle”. Este autor habla de 7 pasos claves para superar la adicción al trabajo, que también aplican para quienes perciban estar cerca de caer en ella y deseen a toda costa evitarlo.
Clave No.-1: Comprométete a solucionar el problema.
El primer paso es reconocer que tienes un problema o que estás cerca de caer en él. Esto te dará el nivel de aceptación que necesitas para comenzar a generar cambios y ver todo desde otra óptica, lo cual te dará el impulso a seguir avanzando. Piensa en esa luz al final del túnel y en esa versión mejor de ti mismo que deseas alcanzar.
Clave No.-2: Habla con tu jefe.
Conversa con tu supervisor de forma franca y abierta expresando aquellas conductas asociadas a la adicción al trabajo que has notado en ti. Es muy probable que él también las haya observado y esto le hará estar dispuesto a ayudarte, pues sin duda, necesita tener un empleado más productivo y satisfecho, no agotado e improductivo. Piensen juntos en posibles cambios a realizar en el sitio de trabajo.
Clave No.-3: Practica establecer límites.
Si bien no será fácil al inicio porque ya se han establecido como rutinas, trata de crear límites al número de horas dedicadas en la oficina, o establecer como norma no revisar tu email fuera del horario de trabajo ni llevar tareas a casa para hacer en la cama o los fines de semana. Estos son límites que debes cumplir implementando uno a la vez para lograr el cambio de rutina y adaptarte más fácilmente a una nueva realidad. Quizás te parezca que establecer límites es mucho más complejo y difícil si trabajas desde casa, te aseguro que no es imposible.
Clave No.-4: Descansa intencionalmente.
Así como agendas reuniones de trabajo, agenda espacio para ti y tu familia. Planifica un fin de semana en un lugar distinto, fuera de la rutina del hogar y especialmente lejos de la conexión con el trabajo. Piensa en otras actividades incluso más pequeñas o sencillas que puedas hacer en casa: un juego de mesa, preparar un plato especial, ver una película, o incluso hacer una video llamada con ese amigo o familiar con el que no contactas desde hace mucho tiempo. Proponte descansar y no te sientas mal por ello, tu salud y tu familia lo necesitan.
Clave No.-5: Perseguir la salud en todas las áreas de la vida.
En paralelo a lo anterior, alimenta tu salud física, mental y espiritual. Por ejemplo, asegúrate de comer bien y a las horas destinadas para ello, bebe suficiente agua, duerme al menos 7 horas y mantente activo (caminar, hacer ejercicios, etc.) Tómate un tiempo para reflexionar y ser agradecido cada día. Participa en actividades que te permitan mantenerte conectado con una comunidad. Todas esas cosas pueden ayudar a aliviar el estrés laboral que tengas.
Clave No.-6: Busca ayuda profesional.
Si sientes que se te escapan de las manos las posibles soluciones o que el problema es mayor de lo que tú mismo puedes gestionar, busca ayuda en un profesional especializado. Hablar del tema y profundizar en encontrar las razones que te llevaron a este punto serán de gran ayuda para encontrar soluciones bien focalizadas y herramientas más útiles. También, un profesional podrá ayudarte a procesar cualquier emoción difícil que estés evitando a través del trabajo. Incluso podrías considerar ir con tu cónyuge si hay cosas que los dos deben resolver como equipo.
Clave No.-7: Asegúrate de estar en el trabajo adecuado.
Si has estado leyendo estos consejos y pensando, “todo esto suena genial, pero esto nunca funcionaría con mi trabajo”, entonces tengo noticias para ti: es posible que necesites un trabajo diferente. Tal vez estés en un ambiente de trabajo tóxico que ha estado contribuyendo a tu necesidad de lograr y probarte a ti mismo, o tal vez sabes que tu jefe pondrá los ojos en blanco ante la idea de que te tomes unas vacaciones. Considera seriamente esas cosas y ten en cuenta que no vale la pena arriesgar tu bienestar por un trabajo.
La línea que divide entre el vivir apasionados por nuestro trabajo y ser adictos a él puede ser muy delgada, e incluso, podemos estar aproximándonos a ella más de lo que quisiéramos sin darnos cuenta. Es por ello, que nunca está de más, hacer un poco de introspección y hacernos preguntas tales como: ¿Disfruto de mi trabajo?, ¿tengo felicidad en el trabajo? ¿Trabajo porque me gusta o porque me siento obligado? ¿Mi familia siente que le dedico suficiente tiempo? ¿Mi salud se ha deteriorado por mi trabajo? ¿Es manejable el estrés que siento en el trabajo? y muchas preguntas más para frenar a tiempo ese avance que pudieras estar haciendo hacia una obsesión por tu trabajo, y en consecuencia, comenzar a sufrir los efectos de un adicto al trabajo.
Buscar ayuda profesional, identificar herramientas claves y construir una estrategia para superar la adicción al trabajo es posible si tienes la mentalidad positiva de creer que tu salud y tu familia valen más que un trabajo altamente demandante que no te genera placer.
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